viernes, 27 de noviembre de 2009

Charada

Los viernes comedia: Charade (1963). Película dirigida por Stanley Donen, maestro en varios géneros, es éste un film de estilo plenamente Hitchcocktiano, sin suponer esto ningún demérito ni ser una mala copia. Antes al contrario, Donen se muestra consumado en combinar acción, suspense y comedia, con total desenvoltura y habilidad, amén de contar con un elenco de actores fabuloso, como Cary Grant, Audrey Hepburn, Walter Matthau, James Coburn o George Kennedy, por citar los principales. El argumento: Regina (Audrey), que ha estado unos días en la nieve donde ha conocido a Peter (Cary Grant), regresa a París para encontrarse con que su piso está vacío y ha sido vendido, su marido ha muerto asesinado en un tren y solo queda de él una bolsa con cuatro objetos personales y la embajada americana quiere saber donde están los 250.000 dólares que el difunto robó junto con unos compinches durante la Segunda Guerra Mundial. Naturalmente Regina no tiene ni idea de lo que está pasando. En el entierro del muerto aparecen todos los “colegas ladrones” a los que el difunto dejó colgados para huir con el botín (alguno incluso pincha el cadáver para asegurarse que efectivamente está muerto). Combinando con acierto todos los elementos de la trama, Donen lleva a Regina de sobresalto en sobresalto, mientras que Cary Grant cambia de identidad casi más veces que Audrey de vestuario (por cierto, monísima de Givenchy), los colegas del difunto la acosan en busca de un dinero que se ha volatilizado y la embajada americana aporta su granito de arena a este juego de charadas. Se alternan hábilmente los momentos de acción e intriga con los de comedia (como Grant duchándose vestido) y evidentemente surge el romance entre los dos protagonistas. A pesar de la diferencia de edad, Grant aguanta el tipo con su elegancia natural.

El Trailer nos da una idea de conjunto y muestra las encantadoras caras de susto que Audrey sabía poner tan bien.



Los títulos de crédito son un avance de la estética pop que está entrando con fuerza en el cine. Junto a ellos, la maravillosa melodía de igual título que la película, a cargo de Henry Mancini, un fantástico compositor que ya ha aparecido en esta sección en otras ocasiones, con una contraposición entre la suavidad de los violines y el ritmo casi hipnótico de la percusión. Una gozada de banda sonora.