viernes, 26 de febrero de 2010

Sucedió una noche

Los viernes comedia: It Happened One Night (1934). 1934, habéis visto bien. Y ¿Qué pasó en 1934? Pues que por primera vez en la historia de los Oscar una película conseguía los Big Five, los cinco grandes, mejor película, mejor director, mejor actor y actriz principales y mejor guión (en este caso adaptado). Tendrían que pasar 41 años hasta que otra película pudiera repetir la hazaña. Y ¿Qué tenía y tiene esta película para tal logro? Pues nada más y nada menos que a Frank Capra de director (Qué bello es vivir con James Stewart, Horizontes Perdidos con Ronald Colman, Juan Nadie con Gary Cooper, Caballero sin espada con James Stewart, Arsénico por compasión con Cary Grant,….y esto no se acabaría nunca) y a una pareja protagonista formada por Clark Gable y Claudette Colbert, de las mejores que haya tenido Hollywood.

Ésta siempre ha sido una manera clásica de para un coche.

El argumento: Ellie (Claudette), una rica heredera que está dispuesta a hacer lo que sea por escapar de la estricta vigilancia de su padre, se casa con el caza fortunas Westley, pero su padre lo impide. Entonces ella escapa, casi con lo puesto, y toma el autobús nocturno a Nueva York. Allí conoce a Peter, periodista en paro, listillo y buscavidas, que la reconoce y le propone un trato, él la ayudará a escapar y reunirse con Westley a cambio de la exclusiva, si no accede, avisará al padre de ella para cobrar la recompensa que éste ofrece por la localización de su hija. Ellie accede. Aunque la película se llama sucedió una noche, en realidad pasan varios días juntos, entre el autobús, los moteles, haciendo autostop, etc. La relación estrecha y la química que surge entre ellos harán el resto. Aunque cerca del final del viaje se separan por un malentendido y ella cree que él la ha abandonado por la recompensa y él que ella lo ha dejado para casarse con su prometido, todo llegará a buen puerto.
Para el éxito del film colaboraron no sólo la química mencionada de la pareja protagonista, sino también la frescura del rodaje en exteriores, la agilidad del guión y el hecho que en gran parte de la película vemos situaciones y personajes de la América real, la que estaba pasando la Gran Depresión, que se podía identificar fácilmente con el personaje de Peter, alguien del pueblo, luchador, espabilado, capaz de salirse por sí solo, y su cuento de hadas al revés.

En primer lugar, una de las escenas más conocidas de la película, la clase de autostop.




Clark era un duro de corazón tierno y Claudette tenía unas lágrimas capaces de derribar montañas.




Por las mañanas las cosas siempre se ven de otra manera, sobretodo cuando hay buena química.




Aquí dejo unas impresiones del director Frank Capra que nos habla de las dificultades para iniciar el rodaje de la película, lo que demuestra que en ocasiones la conjunción de los elementos más inesperados consigue el éxito.




Feliz fin de semana para todas y todos y hasta el mes que viene.

jueves, 25 de febrero de 2010

Hoy toca un poco de música

Hace días que no pongo música así que hoy me he dicho “vamos p’allá”. Empezaremos por unos clásicos en su mejor momento. Esta canción es de la banda sonora de su segunda película, Help!, y es una de esas joyas pop que parecían fabricar como los churros, tal era su talentazo.



Ahora damos un salto mortal de veinte años hacia adelante ¡Ale Hop! para encontrarnos con esta maravillosa mezcla de jazz, swing y pop del grupo Swing Out Sister, una delicia para los oídos. ¡¡Corinne!! ¡¡Oh Corinne!! ¿Por qué no contestaste mis cartas? ¡¡Con lo felices que habríamos sido!!



Veinte años aún más adelante y nos encontramos con Dido que, con ese terciopelo de voz que tiene, dice que si no creyera en el amor nada valdría la pena. No sé qué me pasa con las mujeres que cantan pero me cautivan.



Mañana cine. Besos ;-)

martes, 23 de febrero de 2010

A vueltas con un mapa

Me pinchan y no sangro. Acabo de enterarme que el Ministerio de Igualdad va a gastarse 26.000 eurazos en un informe que llevará por título “Mapa de inervación y excitación sexual en clítoris y labios menores, aplicación en genitoplastia”. Así, a bote pronto, parece una broma. En medio de la crisis más galopante de las crisis galopantes que podamos haber tenido/padecido a lo largo de la historia, un ministerio se va a gastar 26.000 € en saber por donde ha de tocarse una mujer para darse placer y va a plasmar ese conocimiento en unos bonitos gráficos. La cosa tiene su guasa porque el representante del ministerio es una mujer, la ministra Bibiana Aído, que digo yo que no creerá que ésa sea la gran y urgente preocupación que tienen las mujeres de este país en este momento.
Luego, si uno se fija en la coletilla final del nombre del informe (aplicación en genitoplastia) puede colegir que dicho informe habrá de servir para que la ciencia médica sepa el cómo, el cuando y el porqué a la hora de realizar reconstrucciones genitales femeninas en mujeres (obvio) y en hombres (cirugía transexual). Bien. Y digo este bien sin segundas ni terceras intenciones. Si se ha de gastar el dinero de los impuestos de todos, que sea para procurar el máximo bienestar físico y psíquico posible a nuestros conciudadanas/os que puedan necesitarlo, en éste o en otros ámbitos.
Pero, siempre hay un pero (nunca podemos tener la fiesta en paz), resulta que conocemos por la prensa que el ministerio de la señora Bibiana lleva gastados 845.803 euros en un total de 22 informes (recordemos que es un ministerio de nueva creación en esta legislatura por lo que no lleva funcionando ni 2 años escasos), con títulos tan suculentos como “Topografías domésticas en el imaginario femenino. Una visión comparativa, transnacional y hemisférica” ¿¿?? (15.000 €) o “Ética, religión y normativa de género: el papel de los principios en las sociedades tradicionales y en las democracias complejas” ¡50.000 €! ¿¡¿¡¿¡!?!?!?
Como yo sólo tengo vocabulario pero no la alta visión que nuestros próceres atesoran, me esperaré a que a final de año el ministerio citado publique su informe anual, con los proyectos y acciones llevados a cabo, para poder opinar con conocimiento de causa. Y si no es a final de año, será a final de legislatura, que quedará más bonito, para poder enseñarlo a la audiencia, digo a los votantes, y restregárselo por la cara a esos “caraextreñidas” del PP.
Mientras tanto, no me resisto a mostrar a la persona que va a realizar el informe mencionado al principio, que nos mostrará la metodología de trabajo que va a emplear:

La doctora Amor en plena labor de investigación.

Ya estoy oyendo “cerdo machista” “si eres como todos” “ya has sacado tu verdadera jeta”. Para todos los que así piensen, no duden que en cuanto haya ocasión y motivo apropiados, no me dolerán prendas en mostrar a algún casto varón en actitud homóloga. Si me encontráis la noticia, más pronto ocurrirá….

viernes, 19 de febrero de 2010

S. i. L. ;-)

Los viernes comedia: Shakespeare in love (1998). Una de mis películas favoritas sin duda. Shakespeare ha dado, da y dará mucho juego a través de la representación de sus obras, pues éstas tratan de las pasiones y pulsiones más elementales que embargan al ser humano: amor, ambición, traición, etc., sentimientos y emociones que recorren nuestra historia como especie y que nos equiparan a todos nuestros congéneres de todas las épocas. Por eso sus obras tienen el carácter de universales. En esta versión “imaginada” de cómo pudo haber sido la creación de quizá su obra más conocida, Romeo y Julieta, aparecen los elementos citados anteriormente para conjugarse en una deliciosa historia que no fue pero pudo haber sido.

Fennyman y su hombre de confianza pidiéndole explicaciones al empresario Henslowe sobre la marcha de la obra.

El argumento: William Shakespeare (Joseph Fiennes) es un joven escritor, aunque ya conocido, que se ha quedado sin ideas y sin amor. No se ha quedado sin dinero porque es dudoso que lo haya tenido nunca, al igual que su empresario Philip Henslowe (Geoffrey Rush, absolutamente maravilloso), que está endeudado con el prestamista Hugh Fennyman (Tom Wilkinson, otro secundario para quitarse el sombrero), al que solo se le ocurre ofrecerle asociarse en la nueva comedia de William “Romeo y Ethel, la hija del pirata” que asegura que será un éxito (aunque no le dice que William apenas ha escrito nada de ella) pero Fennyman acepta (posteriormente William le ofrecerá un papel en la obra y el prestamista descubrirá su verdadera vocación sobre las tablas).

La hermosa Viola de Lesseps.

Con estos escasos mimbres comienza la selección de los actores. Viola de Lesseps (Gwyneth Paltrow), hija de un comerciante enriquecido rápidamente, travestida bajo la apariencia del joven Thomas Kent (pues las mujeres tenían prohibido actuar y los papeles femeninos los interpretaban hombres) se presenta a las audiciones pues su sueño es actuar. Allí ya atrae la atención de William que lo sigue mientras Kent huye a su casa donde se celebra una fiesta. William se cuela en ella y allí conoce a Viola y ya saltan las primeras chispas. Thomas es identificado por el ama de Viola como su sobrino, entra en el elenco para el papel de Romeo y pasa a ser confidente del amor de William por Viola. Existe sin embargo, aparte de la diferencia social, un gran impedimento para el amor de la pareja: el padre de Viola la ha dado en matrimonio a Lord Wessex (Colin Firth), aristócrata arruinado que tiene intención de marchar a América tras la boda para remontar una plantación que posee con el dinero de su futuro suegro.

William Shakespeare

La trama y los ensayos avanzan, la obra ya se llama Romeo y Julieta y ha cambiado su orientación inicial de comedia. Mientras van en barca por el Támesis a casa de Viola, Thomas, ante el discurso de ardiente amor que William expresa por Viola, le besa apasionadamente y salta a tierra huyendo, lo que deja a William confuso por unos instantes hasta que el barquero le dice que Thomas es Viola. William la seguirá hasta la casa y pasarán su primera noche juntos.
Pero el destino de Viola está marcado y se ha de casar el mismo día del estreno de la obra, además se descubre que es una mujer y el Maestro de Festejos de la reina cierra el teatro. Sin embargo, como dice el empresario Henslowe a lo largo de la película cuando el infortunio parece que va a hundir la obra “Todo saldrá bien ¿Cómo? No lo sé, es un misterio”.

Thomas Kent

Pero por un giro del destino el actor que ha de hacer de Julieta está afónico. Viola se escapa a la salida de su boda para ir al nuevo teatro conseguido para la representación y acaba interpretando a Julieta y William a Romeo, en una mezcla de dos amores imposibles, el "real" del film y el ficticio de la obra, que conviven en una misma pareja. El final de la representación embarga a todos los presentes y no es para menos: acaban de ver LA VIDA, con mayúsculas. El final del film separa a los amantes, Viola ha de partir hacia América con su esposo. Pero no importa, se tendrán siempre uno en el corazón del otro y, como se dicen mutuamente en la despedida, “nunca envejecerás para mí, ni te marchitarás, ni morirás”.
Llena de diálogos bellísimos e ingeniosos, con mucho humor, acción, una ambientación cuidada hasta el detalle, la película fue la gran triunfadora de los Oscar de aquel año, llevándose siete, entre ellos los de mejor película, actriz principal (Gwyneth Paltrow) y actriz de reparto (Judi Dench por su breve papel de Isabel I de Inglaterra).

Para los que no la hayáis visto
os recomiendo vivamente que lo hagáis.
Para los que sí la conocéis,
nunca es mal momento
para volver a recordarla.

Pues si buscáis en el fondo de la memoria
el instante de más viva luz en vuestras vidas,
no fue otro que aquel en el que el amor
os llenó el corazón de pasión y dicha.


Aquí están los primeros diez minutos al inicio de la representación de Romeo y Julieta en el teatro Curtain que los colegas actores han dejado a Henslowe y su compañía.



Y aquí los diez minutos con la segunda parte de la obra y la explosión de júbilo del público ¡Quien pudiera haber estado en ese estreno!



Os deseo a todos un muy feliz fin de semana.

jueves, 18 de febrero de 2010

ARCO (y flechas)

Buena se ha montado en la feria de arte ARCO. El escultor Eugenio Merino ha presentado su obra titulada “Escalera hacia el cielo”, que podéis ver arriba, en la que muestra una torre humana formada por un musulmán, un católico y un judío, por este orden y de abajo arriba. La embajada israelí en Madrid ha montado en cólera y ha emitido un comunicado expresando su rechazo a la obra y criticando que en nombre de la libertad de expresión se disfracen de arte prejuicios y estereotipos. Se reaviva la vieja polémica de los límites entre lo que es artístico y lo que es oportunismo y provocación. Personalmente la obra de Merino no me parece nada del otro jueves aunque le reconozco cierta guasa cuando declara que ha hecho “una pieza que se supone que habla de la unidad de las religiones y de la alianza de civilizaciones en cualquier caso”, aunque también se podría interpretar, viendo la obra, que los judíos, con la ayuda de los católicos, someten a los musulmanes. Pero para interpretaciones simplistas ya está la embajada israelí. Nunca entenderé esa “piel fina” con la que se asumen determinados dogmas. Si nadie le diera la más mínima importancia (que no la tiene) la escultura de Merino habría pasado con más pena que gloria. Ahora, sin embargo, ha conseguido portadas y minutos en los medios. En ocasiones parece que determinados gobiernos, asociaciones, estamentos religiosos (de todas las religiones) y demás miembros del club “Cuidado con nosotros que nos ofendemos a la mínima” en realidad trabajen de gabinetes de relaciones públicas y promoción. Para sí querrían muchas agencias del sector publicitario el éxito que consiguen esos advenedizos. Para demostrar que las cosas de ARCO siempre han ido con el perfume “escándalo” y sus consecuencias, el genial Forges ya retrataba así las cosas en la lejana edición de la feria en 1999.


Por cierto, mañana edición especial de Los viernes comedia. No os la perdáis. (Toma ya, esto sí que es publicidad)

martes, 16 de febrero de 2010

Por qué nunca me han gustado las palomas

No me resisto a presentaros esto.
La próxima vez que veáis una paloma la miraréis con otros ojos ¿No?

lunes, 15 de febrero de 2010

Momentos

Cielo plomizo y frío del carajo. Apenas dos grados sobre cero. Camino por la calle notando el viento helado en la cara. La atmósfera ambiental se asemeja a la de una cámara frigorífica gigante. La sensación es como ir atravesando una etérea gelatina a punto de congelarse ¿Cómo será salir a la calle con quince o veinte grados bajo cero? Aparto de mí esos felices pensamientos y me concentro en mi caminar. Son las doce del mediodía pero parecen las seis de la tarde. Voy embozado en mi abrigo negro. Le tengo un gran cariño. Fue de mi padre, fallecido hace cuatro años. Él se lo había comprado otros tantos, o más, años antes pero sólo se lo llegó a poner un par de veces, pues al volver a casa desde la tienda se fijó mejor y se dio cuenta que era demasiado largo para su estatura, así que me lo regaló. A mi padre le gustaba comprarse ropa y mirarse en el espejo con frecuencia. Yo he “sacado” algo de esas costumbres (alguien que yo me sé diría aquí que mucho). Siempre me ha parecido curioso el hecho de tener cariño o aprecio por cosas (ropas y objetos diversos) como si en ellas se hubiera incrustado indisolublemente la esencia de determinados momentos, sensaciones y personas, para de esta forma tenerlos con nosotros para siempre. Algo así como si al abrir una botella del whisky MacKinlay congelado por más de cien años en los hielos antárticos sintiéramos el sabor de la aventura de Shackleton en nuestros paladares, algo a todas luces ilusorio para una mente racional, pero ¿Quién quiere ser racional? Pues embozado en mi abrigo y con un gran foulard negro a modo de bufanda, voy avanzando a través de la gelatina tan ricamente. Parece que la meteorología esté confabulada con los tiempos que estamos viviendo, también grises y fríos, o quizá son impresiones mías, producto del momento. Estoy en mi salsa. Otro bonito día de invierno.

Pero no solo las cosas atrapan sensaciones, la música y las imágenes también: Last train home de Pat Metheny Group, con unos bonitos fragmentos de la película “El tren del infierno” (1985) de Andrei Konchalovsky, basada en un guión original de Akira Kurosawa.

viernes, 12 de febrero de 2010

El astronauta

Los viernes comedia: El astronauta (1970). Esta película de hoy entraría, para muchos, en un género propio que no sé si goza de parangón en ninguna otra cinematografía internacional: la españolada. La españolada vendría a ser algo así como la perpetración de un crimen fílmico, con nocturnidad y alevosía, consistente en deformar, hasta un nivel más allá de lo paródico, una historia o argumento tomados de cualquier ámbito de las artes (el cine incluido) y de un origen, con frecuencia, foráneo. Sin embargo, aunque españoladas en el cine español ha habido muchas, hay elementos en ésta, y otras películas, para afirmar que lo que había en realidad era mucha mala leche soterrada y una capacidad para reírse de las miserias de la “una, grande y libre” en las mismas barbas de la censura que ya las quisiéramos ahora para cantarles las cuarenta a nuestros políticos actuales. No digo con esto que ésa fuera la intención clara del director, guionistas y actores de esta película, pero al igual que el niño del cuento no decía que el rey estaba desnudo para efectuar ninguna denuncia sino para hacer constar, sin quererlo, la estupidez y ambición humanas, la guasa y la risa de ésta y otras muchas películas también hacían constar, quizá también sin quererlo, la caspa, la mediocridad, el atraso y la cutrez de una España aún a cinco años para la muerte de Franco. El argumento: en la muy castiza población de Minglanillas tiene su sede la recién constituida S.A.N.A. (Sociedad Anónima de Naves Aeroespaciales) que se prepara a construir la primera nave nacional para poner en la Luna el primer astronauta español, Pepe Fernández (Tony Leblanc). Para solucionar los problemas científicos que se van presentando cuentan con Don Anselmo (José Luis López Vázquez), profesor de matemáticas retirado que asegura haberle dado clases a Von Braun (entre otras cosas, diseñador de las V2 nazis y del cohete Saturno que puso de verdad al hombre en la Luna). También forman parte del equipo “técnico” Faustino el carpintero (Francisco Cano, Locomotoro para los que se acuerden), Saturnino el pintor (José Sazatornil), Hilario el electricista (Rafael Alonso), Valeriano el lechero (José Luis Coll), Don Gregorio presidente de la SANA (Antonio Ferrandis) y no podía faltar Matías, técnico en fuegos artificiales (Antonio Ozores). El nombre de la nave lo dice todo: Cibeles I. Tras las estrambóticas fases de construcción de la nave y adiestramiento del piloto, se produce el lanzamiento, que tras el éxito inicial (la nave despega, increíble pero cierto) deviene fracaso, pues la nave aterriza antes de lo previsto, aunque el astronauta Pepe no lo sabe y cree estar en la Luna. Se produce uno de los mejores gags de la película (y hay muchos), Pepe ha “alunizado” en Almería y cuando va con la enseña nacional dispuesto a reclamar para España aquellas tierras ignotas, aparece en el horizonte el Séptimo de Caballería, pues en realidad a ido a parar en medio del rodaje de un Spaghetti Western. Aquí dejo el trailer para abrir boca.



Fue Tony Leblanc un actor muy famoso en su época, con títulos taquilleros como “El tigre de Chamberí”, “Las chicas de la Cruz Roja” e “Historias de la televisión”, aunque las mejores son sin duda la de hoy y la magnífica “El hombre que se quiso matar” (1973) de la que no he conseguido imágenes aún pero no cejo en el empeño. Su popularidad se acrecentó con la televisión, en la que realizó numerosas actuaciones y especiales. He aquí uno de sus más conocidos números: La manzana.



Besos y abrazos a tod@s y buen fin de semana.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Saint Valentine's day

Ahora que se acerca eso que se celebra el domingo (además de materias primas y bienes de consumo también hemos importado fiestas, no me extraña que nuestra balanza comercial esté como esté pero eso es otra historia) empiezan a aparecer esas frases que todo el mundo tiene para comentar el tema. Se habla en televisión y en radio, la prensa escrita rellena espacios con artículos sobre el asunto y se citan las citas más o menos célebres y originales. Esta semana, en un periódico, entre otras, había estas dos que me llamaron la atención. La primera:

“A partir de los 60 años todos somos sexo débil” Woody Allen.

Uno de los maestros reconocidos del humor y las frases llenas de ingenio (sí, ya sé, no a todo el mundo le gusta Woody Allen, de hecho hay una gran mayoría que lo detesta). Pero su visión del espíritu humano, sus neuras y sus contradicciones, es incontestable. Porque a los 60 años, y mucho antes también (gracias Woody por darnos tantos años de margen), todos nos volvemos invisibles y partes de nuestro cuerpo además se vuelven inservibles y, sin saber muy bien cómo, entramos en el limbo social. Se habla mucho de ellos, de los mayores, de sus circunstancias, de su problemática, de su casuística, pero ya se sabe que, como dice esa otra frase genial de la que desconozco su autoría, lo mejor para no hacer nada respecto de un tema es hablar mucho de él. Vamos por la segunda:

“Una mujer puede fingir un orgasmo, un hombre toda una relación” Sharon Stone.

¡Fantástica! Imagino que habla con conocimiento de causa. El tópico habla de la mente manipuladora de la mujer y del simplismo primitivo del hombre, pero creo que nada más lejos de la realidad. El simplismo primitivo que se achaca al hombre “porque solo piensa en una cosa” es de una complejidad que puede dejar al maquiavelismo en mantillas, pues a ese objetivo se dedican todos los esfuerzos del ser. La mente manipuladora que se atribuye a la mujer es más muestra de su necesidad de adaptarse a los elementos adversos a ella que pueblan esta sociedad, a la fuerza ahorcan, que plan organizado de vida. Las generalizaciones suelen ser odiosas, las comparaciones también, sí. Por eso los individuos, en general, tendemos a dejarnos llevar por pulsiones egoístas a las que barnizamos de buenos sentimientos. Dependiendo de la calidad del barniz y de las capas que se den, las relaciones aparecen brillantes como el primer día o llenas de desconchones, prestas a entrar en el astillero o en el desguace directamente.
En fin, pero para que veáis que en el fondo soy un romántico de tomo y lomo, ahí va una cancioncilla. Cantan Mr. Big, un grupo de melenudos yankees que, si no fuera por ésta, carecerían del más mínimo interés.

lunes, 8 de febrero de 2010

Protegeos

Me han pasado esto y la verdad es que es súper divertido, sobretodo al principio, cuando va el pobre todo cabizbajo y meditabundo, un paria del que nadie quiere saber nada. Desde luego, hay gente original y con buenas ideas. Cuesta cada vez más llamar la atención en un mercado tan saturado de mensajes, la mayoría de ellos siempre iguales, monótonos, que se copian unos a otros. Por eso huimos de los anuncios como de la peste. TVE, en un sólo mes libre de publicidad, ha mejorado sus resultados de audiencia como no se veía hacía tiempo y eso que mantiene los mismos “pestiños” de programas y series, que solo se le salvan cuatro cosas y con reparos. A ver cómo aguanta cuando se le acaben los contratos de exhibición de películas que aún le quedaban previos al corte publicitario.
La verdad es que me planteo ya un hecho incuestionable: definitivamente no soy de este mundo. Los programas que se emiten por todas partes me parecen infumables, se ensalza la producción propia pero es puro folletín, las noticias son un reflejo de toda esta situación y se habla en ellas de cosas tan peregrinas como cotilleos o estrenos de cine, principalmente foráneos, a bombo y platillo, programas zafios se repiten año tras año en las programaciones y sus formatos se copian y recauchutan ad infinitum (el último reality dedicado a los Ni-Ni es para bombardear con NAPALM la cadena). Ahora tendremos, además, fútbol los viernes y los lunes, amén de los sábados y domingos, los miércoles y algunos martes y jueves (la cosa debe estar chunguísima para este despliegue de pan y circo).
Pero todo esto gusta, tiene audiencia, se comenta en bares y tertulias, por lo que obviamente el bicho raro soy yo y mejor me callo. Así que cuando me preguntan por ahí “¿No viste esto o lo otro?” siempre contesto “¡Huy! ¡Qué lástima! No pude, llegué cansado, tarde, blablabla, etc…”. Si dices lo que piensas, enseguida te cae la etiqueta de “intelectual”, que en definición pedestre es “todo aquel capaz de ver un programa, de cualquier tipo, en el que NO haya insultos, escándalos, explosiones, tiros, efectos epatantes, fútbol, furcias profesionales o aficionadas (tanto si enseñan algo como si no), famosos de medio pelo o de pelo entero, etc., y que le guste”. En fin, no sigo que acabaré como el abuelo Cebolleta ¿Qué quien era ése? Pues uno que explicaba batallitas mientras sus nietos y demás familia huían de él como de la peste.
En cualquier caso, reíros con esta breve historia de alguien necesitado de cariño.


viernes, 5 de febrero de 2010

Historia del lado oeste

Los viernes comedia: West Side Story (1961). La historia de Romeo y Julieta de Shakespeare ha dado lugar a multitud de versiones a lo largo del tiempo. El teatro musical americano la adaptó en 1957, acoplando el argumento a la realidad social de algunos barrios del Nueva York de entonces. Tras su éxito en los escenarios, cuatro años después la obra pasó al cine, bajo la codirección de Robert Wise (Ultimátum a la Tierra o Sonrisas y Lágrimas, entre otras) y la participación del mismo staff creador del musical, música del gran Leonard Bernstein, letras de Stephen Sondheim (Sweeny Todd) y coreografía de Jerome Robbins. El argumento: los Sharks (inmigrantes puertorriqueños) y los Jets (americanos de origen irlandés) se llevan a la greña. La cosa estalla cuando María (Natalie Wood), hermana del jefe de los Sharks (George Chakiris), y Tony (Richard Beymer), ex miembro de los Jets, se enamoran. La historia no acaba bien, pero eso es lo de menos, porque a lo largo de dos horas y media podemos disfrutar de unos cuantos de los mejores números musicales de todos los tiempos. El éxito se debió principalmente a la innovación que supuso imbricar estrechamente la historia, la acción y el baile, a la maravillosa música de Bernstein y a unas coreografías que se separaban del estilo más clásico que había imperado en el cine americano hasta entonces y que gente como Robbins, y otro grande como Bob Fosse, se estaban encargando de cambiar. La película pasó con todos los honores a la historia con mayúsculas del cine en general, y del cine musical en particular. Ganó diez Oscar, todas las grandes categorías, incluidos actor (George Chakiris) y actriz (Rita Moreno, su novia en el film) secundarios. Aquí estaría, en mi opinión, el punto débil de la película: sus dos protagonistas, Wood y Beymer, no se llevaron premio. Ninguno de los dos sabía cantar y bailar (fueron doblados y se redujeron al mínimo los movimientos que debían hacer) y eso lastra en ocasiones a la película. De todas formas, hay talento de sobra. Aquí siguen cuatro de los números más conocidos. A disfrutar.












Buen fin de semana a tod@s.

miércoles, 3 de febrero de 2010

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No se si es un montaje pero, en cualquier caso, valdría la pena que no. Mi admiración por el género femenino corre pareja con mi decepción ante la escasa cohesión que la mujer ha mantenido y mantiene con sus compañeras de género. Siempre que se da la circunstancia en una conversación digo lo mismo: el peor enemigo de la mujer ha sido y es la mujer misma. A pesar de los esfuerzos, a lo largo de los años, de muchas asociaciones y luchadoras en solitario, por crear una conciencia femenina respecto de sus circunstancias aún desfavorables en esta sociedad, por salir del ostracismo secular, por luchar y hacerse valer frente a un patriarcado de raíz judeocristiana que las ha sepultado durante siglos, muchas mujeres siguen cayendo en las mismas trampas de siempre, en asumir un rol secundario, en alcanzar por encima de todo su objetivo de marido-casa-niños, en plegarse a una desquiciada carrera en pos de unos cánones de belleza artificiales creados en los mismos laboratorios cosméticos que crean los potingues buenos-para-nada que casi todas corren a comprar. Y caen en el que considero el peor de los errores: educar a sus hijas (por acción u omisión) en los mismos valores que perpetuaran su rol secundario.
Mientras, en otras partes del mundo, heroínas anónimas se juegan algo más que el último descubrimiento cosmético para estar divinas este verano con la nueva línea de baño de cualquier modistillo que promocionen en el “Cosmo”. Porque lo importante es ser una chica “Cosmo” ¿No?

martes, 2 de febrero de 2010

De chiste

París. (EFE).- España, Portugal y Grecia, que afrontan serias dificultades por la evolución de sus finanzas públicas y no pueden recurrir a la devaluación de su moneda al formar parte de la zona euro tendrán que asumir sacrificios, como una baja de salarios para recuperar competitividad, según el FMI.

Me recuerda esta noticia a aquellos chistes que solíamos explicarnos de adolescentes, que nos creíamos enterados de las cosas del mundo, y que solían empezar invariablemente con “Se reúnen las tres grandes potencias mundiales, Portugal, Grecia y España…” o también de esta otra forma “Van un griego, un portugués y un español…”. En ambos casos se trataba de que nuestros compañeros de infausta tríada la cagaban, inicialmente, de manera bien gorda y ridícula, para que, posteriormente, el representante nacional, llegando de finales, la cagara aún más (hasta el infinito y más allá) en un alarde de casposa identidad, pues era (¿Es?) un lugar común que lo español era a todas luces inferior, en cualquier aspecto, al civilizado occidente capitalista y moderno. Ahora vienen desde el fondo los del Fondo para decirnos, como en los viejos chistes, que la hemos cagado con todo el equipo por haber vivido a la sopa boba tanto tiempo y que nos toca “pagar” con grandes sacrificios……..nos toca pagar a los de siempre, claro. El chiste se repite, pues.
La verdad es que, a veces, cuesta un poco tomarse las cosas con buen humor. No me extraña que la gente vaya tan cabreada de buena mañana. Mientras tanto, nuestros políticos andan devanándose los sesos en busca de la cuadratura del círculo, o sea, medidas que nos saquen efectivamente de la crisis, que no sean impopulares y que se ajusten a la ortodoxia económica internacional, mientras con el rabillo del ojo otean el horizonte electoral que lentamente se aproxima (este año las catalanas ¡Al loro!). Frente a tan sombrío panorama, dos pequeñas muestras de buen humor a cargo del inefable Forges y de los muchacho de Shrek.