lunes, 21 de febrero de 2011

Noches de blanco satén

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La escena podría ser tal que así:
Interior noche. Recepción de la sala de diagnosis. Un fluorescente parpadea en el techo, sin acabar de decidirse por la luz o por la sombra, mientras emite un zumbido moscardón. Un hombre enjuto de pelo cano y edad indefinida, vestido de blanco hospitalario con bata a juego, dormita tras el mostrador de atención al público. Otro hombre, de aspecto cincuentón y barriga prominente, entra en la sala tras empujar la puerta de entrada. Viste pijama a rayas azules y blancas y calza pantuflas. Se cubre con un anorak azul oscuro de gabardina. Bajo el brazo izquierdo sostiene un oso de peluche marrón mientras su mano derecha sujeta una sencilla carpeta gris con goma elástica y bordes descantillados. El recién llegado se acerca al mostrador.

- Buenas noches. Vengo a hacerme una radiografía. Tengo hora a las tres treinta de la madrugada pero me he dicho “Paquito: adelántate un poquito por si hay suerte y puedes entrar antes”. Ya se sabe que siempre falla alguien.

- …nasnoches – el hombre enjuto de bata blanca y aspecto amortajado sale de su ensimismamiento ante la verborrea del visitante y reacciona ágil - ¿Trae el volante de la prueba?

- Traigo de todo – el gordito sienta a su oso en el mostrador y abre la carpeta con la precisión y los gestos de un cirujano operando a corazón abierto – Aquí está el volante, la cartilla del seguro, los análisis que me mandó mi médico, la nueva visita para la semana próxima, un informe de hace dos años, la…..

El recepcionista albeo ha entrado en standby auditivo y ya no oye al orondo visitante. Con el discernimiento que le han dado los años pinza con dos dedos de su mano derecha el volante de entre la avalancha de documentos médicos que el visitante está esparciendo sobre el mostrador, mientras que con la izquierda da un golpe de teléfono y convoca a un camillero. Éste aparece casi al instante, como expelido por un dispensador automático de camilleros, empujando una silla de ruedas.

- Siéntese aquí que el camillero le conducirá a su prueba – adoctrina el recepcionista mientras le entrega al camillero el volante junto con la documentación de la prueba que ha extraído de un archivador.

Mientras el blanco representante de la administración médica se acomoda tras el mostrador para proseguir con su interrumpida cabezada, no se percata que el camillero yerra el camino y se introduce por el pasillo de la derecha que lleva a la sala de las endoscopias, dejando atrás el acceso a la sala de rayos x. El paciente va canturreando “Qué pena que tiene la Lirio” mientras abraza a su osito.

viernes, 18 de febrero de 2011

Oh let me be your Teddy Bear

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La verdad es que el ser humano es maravilloso. Cada día hay alguien que, en alguna parte, me sorprende, me desmonta o me hace alucinar, así, directamente. En este caso, además, me estoy muriendo de envidia.

¡¡¡Cómo narices no se me ha ocurrido a mí?!!!


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¡Si es una idea cojonuda, la inversión es mínima y las posibilidades son infinitas! ¡Con la cantidad de tarados que hay por el mundo dispuestos a apuntarse a lo que les echen! La idea no es, de todas formas, original de Daniel Bacho que es quien la ha puesto en práctica, sino que está inspirada en aquella maravillosa película francesa que se llama Amélie y que si no habéis visto os recomiendo encarecidamente. El cine, una vez más, fuente de inspiración para el espíritu humano. Es lo que he dicho siempre...

Cine, cine, cine
más cine por favor
que la vida es sólo cine
y los sueños cine son.

viernes, 11 de febrero de 2011

¡Toma del fiasco!

El ser humano, en su afán de clasificarlo y etiquetarlo todo, inventó los premios. Y a partir de ese momento dio rienda suelta a su imaginación. La verdad sea dicha, tampoco debió esforzarse mucho porque el sinfín de comportamientos y actitudes humanas, dignas (o indignas) de reconocimiento, da para varias vidas a dedicación completa. En éstas estamos pues que llega ya la tercera edición de los FIASCO AWARDS, una iniciativa sin ánimo de lucro que pretende premiar a los mejores proyectos en el campo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) que acabaron en fiasco, cuando no en el descrédito más absoluto. Clicando la imagen enlazaréis con la web de los premios, en la que podréis encontrar los nominados finalistas de este año y los motivos que les han llevado a tan alto honor. Además, hay una pestaña en la que puedes votar a tu fiasco favorito. Los que habéis seguido mi blog el último año ya sabréis cual es mi candidato. Efectivamente: la Votación electrónica en el referéndum de la avenida Diagonal de la ciudad de Barcelona del año pasado. Nuestro alcalde socialista ya tenía cara de imbécil antes pero la que se le quedó desde entonces es impagable ¡No sé para qué me hice de izquierdas cuando era adolescente! Debería haberme dedicado al sincretismo o a la estulticia. El resultado habría sido el mismo pero en muchas ocasiones estaría menos cabreado.
En fin, animaos y votad, que entre las nominaciones hay auténticas perlas.

Una explicación.
Las últimas semanas no he podido dedicarme a responder a vuestros comentarios ni a visitaros en vuestros blogs con el interés que os merecéis debido a un exceso de trabajo. Espero que en pocos días ya pueda hacerlo y volveré a disfrutar con todas vuestras ideas, ocurrencias y talento.

Beso, achuchón y viril palmada. (Que cada cual coja lo que más le guste o convenga) ;·)

jueves, 3 de febrero de 2011

Vamos que nos vamos

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Si no fuera por lo dramático sería para reírse. Parece una de esas noticias que se inventan en los periódicos digitales de cachondeo, tipo El Mundo Today o similar. Pero es real como la vida misma, si es que alguna vez la vida llegó a ser real. Como diría mi querida B.B., últimamente “estoy muy mal de lo mío”. A ver si con una sonrisa.

Parece que tampoco por ahí vamos a sacar nada en claro. Quizá con un poco de frivolidad kitsch bailable se me pase.



Ya me siento mucho mejor.