viernes, 30 de abril de 2010

Un negocio de monos

Los viernes comedia: Monkey Business (1931). La filmografía de los Hermanos Marx se puede dividir en dos bloques diferenciados: sus primeras cinco películas, rodadas con la productora Paramount (entre las que está la de hoy) y su filmografía posterior, nueve filmes más, la mayoría para MGM. Aunque Una noche en la ópera, perteneciente a esta segunda etapa, se consideró en su momento la mejor de su carrera, la revisión de su etapa Paramount permitió poner en su justo lugar a aquellas películas, hasta el punto que Sopa de Ganso (la última de las cinco) es hoy aceptada, desde todos los puntos de vista, como su mejor incursión en el celuloide. La diferencia principal entre sus primeras películas y el resto se halla en un humor mucho más ácido y corrosivo socialmente, más salvaje si se puede decir así. No hay que olvidar que los Marx se curtieron actuando en espectáculos de teatro y vodevil durante muchísimos años. De esta primera etapa traigo la poco conocida Pistoleros de agua dulce (en su título castellano), con Groucho, Chico, Harpo y Zeppo. El argumento: como en todas las películas de los Marx, el argumento es lo de menos. Para centrarnos se puede decir que los cuatro son polizones en un trasatlántico y su único objetivo es no ser capturados por la tripulación ni relacionarse con los líos de un par de gángsters, al tiempo que viven desternillantes situaciones llenas de diálogos surrealistas.

Unas palabras con el capitán



Desayuno y ejercicio ¿Qué mejor combinación?



Un amor frustrado



Buscando empleo



Encuentro con la prensa



Toca desembarcar, saquen sus pasaportes




NOVEDADES

Pronto, prontito, va a llegar SALT, con Angelina Jolie en el papel de una agente involucrada en una conspiración para matar al presidente de los EEUU. El argumento es lo de menos. Promete acción, tiros, persecuciones y toda la panoplia del género con la reconocida solvencia y buen hacer del cine americano. Y sobre todo Angelina. Sí, soy fan.



FELIZ FIN DE SEMANA Y BUENA ENTRADA DE MAYO.

miércoles, 28 de abril de 2010

Never...

Técnica y lirismo. Parecían tan difíciles de mezclar como el agua y el aceite. Pero para eso los grandes son grandes. Neil Tenant de Pet Shop Boys, crítico musical antes que fraile del pop, no daba un duro por ellos en sus comienzos, pero ya se sabe que la primera y fundamental labor de los críticos es equivocarse. Celebremos pues que no le hicieran caso.


Depeche Mode - Never Let Me Down Again (12'' Version)
Cargado por Dmode59. - Explorar otros videos musicales.

lunes, 26 de abril de 2010

Un camino de vuelta (3)

El teléfono sonó dos veces antes de que ella lo cogiera. Con apenas un hilo de voz consiguió decir “¿Jon?”. El que fuera que llamaba colgó. Esa llamada acrecentaba sus temores de que algo grave pasaba. Llevaba nerviosa desde hacía bastante rato. Jon solía llegar siempre a casa sobre las siete de la tarde y ya eran más de las ocho. Se había pasado todo el tiempo mirando por la ventana para verlo llegar. Imaginaba que el retraso se debía a que él se había detenido a comprarle flores o aquellos bombones rellenos de licor que tanto le gustaban. Pero era ya demasiado retraso. Acostumbrada a una rutina de horarios desde que vivían juntos, cualquier cambio la alteraba.
Se había pasado la infancia y parte de la adolescencia dando tumbos junto a su madre, culo de mal asiento que se enganchaba a los primeros pantalones bien planchados que le decían cuatro tonterías. Así fue de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, viviendo en pensiones de baja categoría o en cuartuchos alquilados con paredes desconchadas y papel pintado rancio. Cuando los pantalones se cansaban de su madre, cosa bastante habitual, las dos volvían a ese viaje sin sentido. Una vez creyó tocar el cielo. Su madre había conocido, por fin, a alguien serio que quería ayudarlas de verdad y no al típico buscavidas de hoy aquí y mañana quien sabe. Llegaron a vivir en una casita muy acogedora que aquel hombre pagaba. Era sencilla pero limpia, con un patio trasero en el que ella jugaba en un columpio improvisado. El hombre que era de origen francés, Jean se llamaba, las visitaba a menudo y les traía comida y regalos. Era un poco mayor que su madre y estaba soltero, uno de esos hombres que en su momento no se atrevió a dar el paso y se quedó en segunda fila social, viendo pasar la vida. Pero su madre, acostumbrada a los canallas desde hacía tanto tiempo, no supo adaptarse a aquel tipo de vida tranquila, a contar con un futuro estable. Así que, aprovechando la buena fe de Jean, le sableó con la excusa de renovar los muebles del salón de la casa. Volvieron entonces los vagones de tercera, los autobuses de línea y las caminatas con la maleta a cuestas. El aporreo de la puerta la sacó de sus recuerdos. Tres fuertes golpes seguidos de unos segundos de silencio y otros tres golpes más. Ella estaba en medio de la sala, sin atreverse a ir hacia la puerta. La voz sonó enérgica.
- ¿Señorita Prat? ¿Josephine Prat? Sé que está ahí – El tono era grave, expeditivo, pero rutinario, del que ha repetido la fórmula muchas veces a lo largo de los años. Un policía.
Ella había conocido a unos cuantos antes de que Jon la sacara de aquel prostíbulo en el que su madre la abandonó cuando sólo tenía dieciséis años. Parecía que había pasado una eternidad y sin embargo únicamente siete años la separaban de aquel momento. Los primeros seis fueron un infierno de explotación y abusos. Siempre fue un saco de huesos sin ningún atractivo. Su madre le repetía constantemente que se parecía a su padre, un viajante con el que anduvo una época y del que no había sacado gran cosa aparte del bombo. Pero al cumplir los quince, la naturaleza puso manos a la obra con auténtico ahínco y espectaculares resultados. Lo que debiera haber sido el orgullo de cualquier madre, a la suya le sentó como una patada en el hígado, especialmente cuando los pantalones empezaron a cambiar de objetivo. Entonces llegaron los gritos, las bofetadas, el escatimarle o negarle los productos de higiene, el racionamiento de comida. La encerraba con llave en el cuartucho donde estuvieran viviendo y tardaba varios días en aparecer. Pero más pronto o más tarde aparecía, muchas veces acompañada. La cosa duró unos cuantos meses hasta que, un día, un mal bicho le propuso un trato a su madre.
- ¡Señorita Prat abra a la policía!

(Continuará)

En esta recopilación de series policíacas que os estoy mostrando, traigo hoy una de las favoritas de mi infancia que estoy seguro que nadie conoce: MANNIX (1967 – 1975). Joe Mannix era un detective al viejo estilo, individualista, indisciplinado, seguidor de su propio olfato en contraposición a los modernos métodos de investigación que ya hacían su aparición, como las primeras computadoras. La serie tuvo mucho éxito en EEUU y ganó varios Emys y Globos de Oro, tanto la propia serie como la pareja protagonista (el detective y su secretaria). Se pasó en España a finales de los 60 y primeros 70 y era de las que no me perdía cada miércoles por la noche (mis padres eran bastante liberales en el tema de horarios). Como curiosidad, la sintonía es de Lalo Schifrin, archiconocido por ser el autor de la sintonía de Misión: Imposible.


viernes, 23 de abril de 2010

Dentro y Fuera

Los viernes comedia: In & Out (1997). La homosexualidad en el cine siempre ha sido tabú, siguiendo la norma que imperaba en la sociedad. Los papeles de gays, maricas, travestidos y otros apelativos que la homofobia ha metido siempre en el mismo saco, eran residuales, circunscritos a ambientes de marginalidad o al libertino mundo del espectáculo. Su función era ser ridiculizados a expensas del guión. Muchos actores debieron esconder sus tendencias sexuales para sobrevivir e incluso algunos interpretaron papeles de macho que, descubierta la verdad con los años, dejaron al descubierto la hipocresía y el desfase entre realidad y ficción, pues en la trastienda de la industria (y me refiere especialmente a la Hollywwodiense) todo se sabía. Con los años las cosas han ido cambiando, aunque no creamos que tanto. La película de hoy, aunque en un planteamiento de comedia evidente, no deja de presentarnos la doble moral existente en la actualidad. Solo hay que recordar la polémica que levantó la película Brokeback Mountain, sobre dos vaqueros homosexuales. La homosexualidad es aceptada en determinados ambientes, especialmente del show business, pero fuera de ahí aún sigue levantando claras animadversiones. ¿O alguien se imagina qué pasaría si, por ejemplo Messi, ídolo futbolístico de tantos niños, confesara abiertamente que es gay?
El argumento: Howard (Kevin Kline) es un profesor de literatura en un pueblo. Va a casarse con su compañera de trabajo Emily (Joan Cusack, espléndida). Todo parece ir sobre ruedas hasta que tres días antes de la boda, viendo la entrega de los Oscar por televisión, Cameron (Matt Dillon), originario del pueblo y ex alumno de Howard, al recibir el premio le da las gracias y dice de él “y que es gay”. La conmoción en el pueblo es total. Howard lo niega, naturalmente, e intenta demostrar a Emily y a todos que no es verdad. Pero su familia quiere saber, Emily quiere saber, los periodistas que copan el pueblo al día siguiente quieren saber, y los alumnos del instituto, el claustro, el pueblo entero, todos empiezan a sospechar que es verdad. Un periodista (Tom Selleck) ayudará a Howard a descubrirlo. Llena de momentos divertidísimos, Kline borda el papel de profesor cultivado, amante de la pulcritud y fan acérrimo de Bárbara Streissand y Joan Cusack se sale en su papel de novia de toda la vida dispuesta a casarse como sea. Como detalle, el film contiene una escena de un beso entre Kline y Selleck de 10 segundos de duración, algo nunca visto hasta entonces en una película y entre dos actores de su nivel.

El trailer para abrir boca.



Una de las escenas más hilarantes de toda la película. Howard quiere afianzar su hombría y se ha buscado una cinta de apoyo: Explorando tu masculinidad.



NOVEDADES

Otra semana más, el estreno más interesante es una película de animación, Fantástico Sr. Fox, con mucha acción, diálogos brillantes y una técnica insuperable. Otro film de concepción aparentemente infantil pero de casi disfrute mayoritario adulto, para poder captar todos los detalles y sutilezas, que prometen ser muchísimos.



Buen fin de semana a todas y todos.

jueves, 22 de abril de 2010

Happening The Ball

El pasado 27 de marzo tuvo lugar en diferentes espacios de estaciones de metro de Barcelona el Happening The Ball, una iniciativa del parecido cariz a las realizadas en diciembre en el metro de Colón en Valencia, el Sound of Music en Central Station Antwerp en Bélgica o el realizado para el anuncio de TMobile en Liverpool Station. Aunque los motivos y condicionantes de cada uno de estos eventos son diferentes no dejan de compartir elementos o estructuras similares. En un espacio amplio y público, para sorpresa de los no advertidos o partícipes, la música empieza a sonar y la gente se pone a bailar siguiendo una coreografía similar, primero en pequeños grupos y después alcanzando cifras considerables. Cuando finaliza la música, los bailarines se dispersan como si nada hubiera ocurrido, como si todo hubiera sido un espejismo de los sentidos, pero dejando en al aire esa sensación de que, de algún modo, de alguna forma, cuando menos lo esperemos, la vida nos puede dar una sorpresa agradable, regalar una sonrisa, hacernos sentir integrantes de algo, vivir más allá de las preocupaciones de cada día. ¿Exagero? Mirad los videos y los enlaces y decidme después si no os hubiera gustado estar allí, haber movido los pies y disfrutado.

El Making of



El Happening

miércoles, 21 de abril de 2010

Un poco de marcha andrógina

Franz Ferdinand es una banda inglesa de britpop, post punk y todas las hierbas que a los críticos sin imaginación se les pueda ocurrir. Toma su nombre del archiduque Francisco Fernando de Austria, este señor del bigote de aquí al lado con cara de extreñido y amargado. Su álbum de debut del 2004, titulado igual que la banda, tuvo un gran éxito de crítica y público (cinco millones de copias vendidas) que se ha visto corroborado con los dos álbumes posteriores en 2005 y 2009. Pero a mi me gusta esta canción del primero, ese riff de guitarra y esa percusión de lata. El video refleja una idea opresiva de la sociedad, con un uniformismo que acaba devorándonos, y está lleno de referencias o guiños homosexuales.
Ladys and gentleman.....Michael

lunes, 19 de abril de 2010

Un camino de vuelta (2)

… /… (Enlace a lo ya publicado)

El automóvil traqueteó por diferentes calles hasta enfilar la carretera de la montaña. La noche era húmeda y la calzada estaba mojada como si una fina lluvia la acabara de impregnar. Después de una subida prolongada salpicada de curvas, el vehículo se desvió a la izquierda por el camino que llevaba al segundo vertedero municipal del sector norte, conocido popularmente como Torre Rosita, pues por el cambio de siglo del XIX al XX hubo allí una casa de veraneo de tal nombre que un indiano construyó para su querida. Desde luego el paraje había conocido mejores tiempos. El camino pasó de asfalto maltrecho a tierra y piedras nada más dejar la carretera. Tras un par de kilómetros, el automóvil llegó al final del recorrido, una pequeña explanada circular con el espacio justo para que los camiones de la basura pudieran maniobrar para descargar, dar media vuelta y volver por donde habían venido. Ninguna instalación, ni oficial ni oficiosa, indicaba qué se hacía allí. Solo un par de postes de luz alumbraban tenuemente el lugar. No se veía un alma. Aún era pronto para que el ritual de todas las noches comenzara.
En el extremo opuesto de la explanada, el talud se asomaba en vertical a un profundo barranco del que salía un olor apestoso. Julio Dimitri colocó el coche en posición para evacuar su carga. Si ya le había costado meter al Gordo en el maletero, sacarlo fue una tarea titánica. Sin embargo, una vez el cuerpo en tierra lo pudo hacer rodar hasta hacerlo caer por el borde del desnivel. La oscuridad y la pestilencia se tragaron a Jon Barnes Sistiaga, alias el Gordo Barnes, cincuenta y ocho años y ciento diez kilos de peso, antiguo jugador ventajista en timbas de mala muerte y proxeneta ocasional, reciclado posteriormente en contable a sueldo de gente turbia con negocios más turbios todavía. El asunto tenía su lado irónico pues las clases de contabilidad que, siendo él aún joven, le había pagado su tía para que dejara la mala vida que llevaba habían sido ciertamente, con los años, el final de su mala vida. Julio Dimitri miró al vacío del barranco y no vio nada. Se dio media vuelta, cerró el maletero del coche, se secó el sudor de la frente, se sentó frente al volante, arrancó y se fue de allí. La explanada recobró entonces el silencio y la atmósfera irreal que poseen los lugares cuando nadie los mira. Como si el hecho de contemplarlos fuera la única razón de su existencia.

(Continuará)

Estoy haciendo una recopilación de los héroes policiales de mi infancia y adolescencia y para esta tercera entrega viene uno de mis favoritos: El Inspector. Serie nacida al amparo de los títulos de crédito de la película La Pantera Rosa, los casos del tenaz Inspector de la Sureté y su pragmático ayudante el agente Dodo están entre lo más descacharrante del mundo del dibujo animado, superando con creces a su homólogo fílmico. Son de destacar los, en muchas ocasiones, surrealistas diálogos entre ambos personajes. Primero la sintonía y luego un interesante caso.





viernes, 16 de abril de 2010

Un beso en un país vecino

Los viernes comedia: French Kiss (1995). Esta deliciosa comedia tiene todos los ingredientes para el éxito, una chica romántica y soñadora (Meg Ryan), un caradura simpático (Kevin Kline), secundarios de calidad (Jean Reno, Timothy Hutton), una aventura, el paisaje francés y un final feliz. Además constituye otro de los peldaños sobre los que Meg Ryan cimentó su título de reina de la comedia en los 90. El argumento: Kate (Meg) y Charlie (Hutton) son novios y están haciendo planes para casarse. Charlie ha de volar de Toronto, donde viven, a París en viaje de negocios y Kate, a pesar de intentarlo, no viaja porque le tiene pánico a volar. Después de varias llamadas algo confusas de Charlie desde París, en la última él le confiesa que ha conocido a otra mujer, se ha enamorado de ella y la deja. Kate, destrozada, se arma de valor y coge un avión a París dispuesta a recuperar a Cahrlie. En el aparato conoce a Luc (Kline), un francés caradura y simpático que le coloca en el bolso un paquete con una pequeña vid y un collar de diamantes robado para que ella los pase por la aduana sin levantar sospechas. Pero en el aeropuerto de París Luc ha de seguir la corriente al comisario de policía Jean Reno, que le reconoce, y pierde de vista a Kate. Ésta va al hotel para buscar a Charlie y le ve con su nueva novia francesa. El impacto de esa visión la deja sin sentido, ocasión que aprovecha un ladrón de hotel para robarle el bolso con su dinero, pasaporte y el paquete de Luc con la vid y el collar. Cuando llega Luc y sabe lo ocurrido, va con Kate a casa del ladrón, pues lo conoce. Allí recuperan el bolso, pero sin el dinero ni el pasaporte, y el paquete de Luc. Kate, enfadada por haber sido utilizada para introducir la vid (Luc no le habla del collar, naturalmente) se marcha sin querer saber nada más. Cuando Luc, ya a solas, abre el paquete, descubre que no está el collar y decide buscar a Kate, pues cree que el collar quizá se puede haber caído dentro del bolso. Kate, mientras tanto, ha vuelto al hotel justo para enterarse que Charlie y su novia se han ido a Cannes. Luc, con la policía en los talones, alcanza a Kate en la estación de tren y ambos inician viaje a Cannes. Por el camino se conocerán mejor, sabremos un poco de por qué Luc es como es y Kate comprenderá que quizá Charlie no iba a ser el marido ideal que ella pensaba y empezará a ver a Luc con otros ojos. Ryan y Kline tiene buena bis cómica, conectan rápidamente y hay química entre ellos. Además tenemos diálogos ingeniosos, situaciones ridículamente absurdas (Kate a cuatro patas, embadurnada de pastel y huyendo de su ex novio) y la dirección de Lawrence Kasdan, un todo terreno que ya había trabajado con Kline en otras ocasiones.

Kate, atacada de los nervios porque el vuelo va a empezar, ve como Luc aparece en escena y se cuela en su destino.




Meg Ryan en su salsa.





NOVEDADES

Aunque aún falta algo para su estreno, no puedo dejar de poner la escena que nos muestra como empezó una de las más grandes historias de amor de todos los tiempos. Se me hace la boca agua esperando el estreno.




;·) Feliz fin de semana a todas y a todos y prométanme que serán felices (o lo intentarán)

martes, 13 de abril de 2010

La emoción de viajar

¿Como volver loco al pasajero de al lado en un avión (y al resto también)?
Muy fácil…………….

1 - Saca tu ordenador portátil

2 - Ábrelo lentamente, con suavidad

3 - Enciéndelo

4 - Asegúrate que el de al lado te está mirando

5 - Abre Internet Explorer

6 - Cierra los ojos lentamente, por un breve espacio de tiempo, y al abrirlos mira al cielo.

7 - Inspira profundamente y pincha en el siguiente enlace:



8 – Es más efectivo si, al mismo tiempo que se pulsa el enlace, se pronuncia la palabra ¡Inshallah! (Si Dios quiere)

9 - Obsérvale la cara…………….

(Eso sí: prepárate a llegar tarde a donde vayas……..porque las autoridades del aeropuerto de llegada no te dejarán salir fácilmente, especialmente si vuelas a EEUU)

lunes, 12 de abril de 2010

Inicios y continuaciones

Sopesados los pros y contras, arranco con la versión 1 del inicio de este relato que aún no sé si será muy extenso o no. Vamos a ver donde llego. De momento le pongo el título provisional de “Un camino de vuelta”, aunque puede que lo cambie en función de cómo avance la trama. A veces estas cosas tienen vida propia y te marcan el recorrido. Repito el primer párrafo que ya conocéis y sigo a partir de ahí. Gracias anticipadas por vuestra paciencia y benevolencia.

Ya estaba muerto. No había costado mucho, la verdad sea dicha, pero al principio no parecía que las cosas iban a ir tan rápidas y tan bien. Ahora faltaba únicamente deshacerse del cadáver. Eso ya sería otro cantar. Ciento diez kilos de gordo seboso no se manejan así como así. Se arrepentía de no haber traído la carretilla y eso que lo pensó antes de salir de casa pero, ya se sabe, los nervios y las prisas de última hora. Aunque, bien pensado, no tenía ni puñetera idea de donde podría estar la dichosa carretilla ni recordaba la última vez que la había usado. Hacía tanto tiempo ya. Era su primer trabajo en diez meses. Maldita crisis. Ya nadie quería matar a nadie.
Como pudo, arrastró el cuerpo y lo cargó en el maletero de su coche. Los amortiguadores se hundieron hasta casi hacer tope. Sudaba a mares a pesar del frío y de su enjuto cuerpo, parco en carnes. Salió conduciendo despacio del callejón donde todo había tenido lugar. Eran casi las ocho de la tarde, noche ya, de un plomizo día de noviembre, el último en la vida del Gordo Barnes. El hecho no iba a pasar a la historia, desde luego. Si acaso, a la memoria de unos pocos que acogerían la noticia con desigual interés. La persona que había encargado el trabajo se alegraría por la rapidez en su resolución. Sin embargo una jovencita, a la que el Gordo mantenía, le lloraría de corazón. Al flacucho Julio Dimitri, el asesino, sólo le preocupaba en ese momento llegar a un vertedero que conocía en las afueras. Allí podría lanzar el cuerpo desde el talud. En una hora empezarían a llegar los camiones de la basura a arrojar su carga. En la oscuridad de la noche, el cuerpo del Gordo Barnes quedaría sepultado por toneladas de deshechos y él podría pasar a cobrar el resto del trabajo. En el interior de su coche, la amplia sonrisa de Julio Dimitri era un tercer faro alumbrando la calle.

(Continuará)

Aquí dejo la entrada de otra serie mítica donde las haya con una estupenda banda sonora. Si el otro día eran detectives privados, hoy se trata de servidores de la ley. Las calles de San Francisco (1972) con Karl Malden, veterano de Hollywood, y un Michael Douglas comenzando a despuntar. Incluso con su doblaje de castellano a la sudamericana no me perdía ni un episodio.

viernes, 9 de abril de 2010

El día de la Marmota

Los viernes comedia: Groundhog Day (1993). Comedia muy popular que en muchos momentos hace pensar más allá de las risas. Está dirigida por Harold Ramis, conocido sobretodo por ser el director y uno de los integrantes de Los Cazafantasmas. El protagonista es Bill Murray, actor cómico norteamericano salido de la cantera del programa Saturday Night Live (del que salieron entre otros Adam Sandler o Edddie Murphy) que ha conseguido el reconocimiento de público y crítica tanto en sus papeles cómicos como en los serios. Le acompaña Andie MacDowell, que tras sus éxitos iniciales (éste de hoy incluido) no se ha prodigado mucho en el cine y es un rostro más conocido por ser imagen de una firma de cosmética. El argumento: Phil es un engreído hombre del tiempo de un canal de televisión con ínfulas de estrella que ha de cubrir por cuarta vez (cosa que detesta) El día de la Marmota en el pueblo de Punxsatawney. La fiesta consiste en que cada 2 de febrero unos encopetados señores sacan a una marmota de dentro de un árbol para preguntarle si aún queda invierno o si se adelantará la primavera. Acompañan a Phil en el viaje Rita la nueva productora, por la que siente atracción, y Larry, cámara y chofer. Finalizado el evento emprenden la vuelta, pero la carretera está cortada y han de regresar al pueblo a pasar la noche. A la mañana siguiente, Phil percibe que algo no va bien. En efecto, todo parece estar repitiéndose, el programa de radio, los diálogos, las situaciones, las personas con las que se cruza. Descubre con asombro que vuelve a ser 2 de febrero, Día de la Marmota. Pero lo malo solo acaba de empezar. Phil se despierta, día tras día, en un nuevo pero repetitivo 2 de febrero en el que está condenado a vivir un Día de la Marmota sin fin. Tras una primera fase gamberra, de gozar de las ventajas de la situación, decide conquistar a Rita. Y cada día va repitiendo la conquista, sabiendo más de ella, para vencer en esas pocas horas de las que dispone la resistencia de la mujer. Pero no lo consigue y cae en una fase autodestructiva en la que todos los días se suicida, pero cada mañana despierta sano y fresco como una lechuga para vivir un nuevo Día de la Marmota. Son tantos los gags, los diálogos ingeniosos, las situaciones surrealistas, que sería difícil saber por donde empezar. Un guión y un montaje excelentes, más la gran bis cómica de Murray, hacen de esta película una de las imprescindibles comedias de todos los tiempos.

En el trailer en inglés ya podemos ver que será un día muuuuuuuuuy largo.



La triste realidad. Phil se sincera con dos fracasados del pueblo.



El hombre perfecto. Phil tiene muy alto su ego todavía para que Rita se pueda fijar en él. Le quedan aún muchos Días de la Marmota que pasar.



Trailer castellano. Más escenas de esta película sin desperdicio.



NOVEDADES

Entre lo destacable, con amplia diferencia, de los estrenos de este fin de semana está Ciudad de vida y muerte, película china que nos muestra las atrocidades de la masacre de Nanking, capital de China en 1937, cuando fue ocupada por los japoneses. De una belleza plástica inconmensurable, en ese bellísimo blanco y negro, la película no es apta sin embargo para estómagos sensibles, pues nos muestra las atrocidades que el ser pretendidamente humano es capaz de cometer. Ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián el año pasado, se la considera ya un clásico a la altura de las mejores películas del género.



Y ahora, para terminar con una sonrisa (que falta nos hace), uno de los mejores finales de todos los tiempos.



Feliz fin de semana y hasta el lunes.

martes, 6 de abril de 2010

Más sexy

“Muñequita ponte tacón”. Sin duda una de las mejores canciones de la transición y de los mejores rocks en castellano de todos los tiempos, con una letra estupenda (uno de los males endémicos del rock patrio). “Hazte fotos junto a King Kong”. Sólo se nota que han pasado los años en las pintas (impagable el guitarra con el suéter a cuadraditos y la corbata, parece que le haya dicho a su madre “que voy a la tele y después vuelvo a merendar”) y las chicas del coro que se me van a descoyuntar en uno de esos vaivenes que se meten. “Sexy autonomía, sexy el Estatut” ¡Qué jóvenes que éramos! Empezaba todo y parecía que no se iba a acabar nunca. Todo era “lo más” y los sábados por la tarde, cuando daban “Aplauso”, estábamos amorrados a la tele porque éramos más modernos que nadie. Ahora, cuando veo trozos en reposiciones, corro a esconderme de vergüenza. ¡Madre! ¡Madre!. Lo dicho “Que no se te olvide ser sexy”

jueves, 1 de abril de 2010

Inicios

Todos esperamos que las primeras líneas, el primer párrafo de un libro, sobretodo si es una novela, nos enganchen, nos atrapen sin remedio y nos lleven en un viaje, de recorrido incierto pero apasionante, hasta la última página. Queremos que esas palabras iniciales nos digan “vas a sufrir, vas a llorar, vas a sentir miedo, emoción, romanticismo, vas a pensar y reflexionar, vas a sentirte vivo”. Éste que viene ahora es un ejercicio sencillo y modesto. Cuatro posibles inicios, cuatro primeros párrafos, cuatro peldaños iniciales de una misma escalera. Deseo que os gusten y se esperan vuestras opiniones, naturalmente.

1.
Ya estaba muerto. No había costado mucho, la verdad sea dicha, pero al principio no parecía que las cosas iban a ir tan rápidas y tan bien. Ahora faltaba únicamente deshacerse del cadáver. Eso ya sería otro cantar. Ciento diez kilos de gordo seboso no se manejan así como así. Se arrepentía de no haber traído la carretilla y eso que lo pensó antes de salir de casa pero, ya se sabe, los nervios y las prisas de última hora. Aunque, bien pensado, no tenía ni puñetera idea de donde podría estar la dichosa carretilla ni recordaba la última vez que la había usado. Hacía tanto tiempo ya. Era su primer trabajo en diez meses. Maldita crisis. Ya nadie quería matar a nadie.

2.
Mientras sentía que se le escapaba la vida, no podía dejar de mirar a ese hombrecito imberbe que apretaba y apretaba el lazo de alambre para estrangularlo. Se moría y lo único que pasaba por su mente era que encontraba inadecuado que hubieran enviado a semejante individuo para matarlo. Ni la vida por delante ni un flashback, nada de nada. Sólo él y el hombrecito. Habría esperado a alguien de más enjundia, no sé….a un auténtico matón, un armario de dos por dos, de esos que manejan a los fiambres como peleles. Sin embargo, ahí estaba él, dando sus últimos estertores y pensando que moría a manos de alguien que no tendría ni la mitad de su peso.

3.
Estaba nerviosa. Él se retrasaba y no solía hacerlo. Ya debería haber llegado hacía rato. Ella miraba por la ventana esperando verlo aparecer con ese caminar bamboleante que los obesos suelen tener. Le había dicho una y mil veces que debía ponerse a régimen, que con la salud no se juega, pero él la miraba, sonreía y se servía otra ración de lo que estuviera comiendo. Entonces ella fingía que se enfadaba, pero sólo un poco. No podía enfadarse. Estaba enamorada como una tonta de él y a pesar de la diferencia de edad ¡Y de peso! lo quería. Él la había sacado de la calle y la había recogido, la mimaba, le compraba todos los caprichos. Vivían en un pisito maravilloso y no podía ser más feliz. Sonó el teléfono y ella se mordió el labio. No sabía por qué pero no quería contestar.

4.
El hombre estaba de pie frente a la ventana, mirando hacia el vacío de la noche. En su mano izquierda hacía oscilar una copa de coñac mientras la derecha sostenía un cigarrillo. Se había escapado un momento de la fiesta que bullía en el salón para refugiarse en aquella sala, huyendo del ruido que generaba la gente con su cháchara. Una figura entró sigilosa en la habitación. A pesar de su altura y corpulencia apenas hacía ruido al moverse. Se acercó y susurró unas palabras al oído del hombre. Éste realizó un breve y casi imperceptible gesto de asentimiento con la cabeza, dando a entender que había comprendido. La figura salió tan sigilosamente como había entrado. Sólo entonces el hombre dejó que sus labios dibujaran una sonrisa. El gordo había pagado su deuda y todos sabrían, a partir de ese momento, quien había tomado las riendas.

Esta es la música que me venía a la cabeza cuando escribía. Private eye (1988), serie mítica de televisión ambientada a principios de los 50 en L.A. Ha llovido desde entonces….