lunes, 14 de marzo de 2011

¿Hasta luego?


Todo lo que tiene un principio tiene un final, que a su vez es un nuevo principio de algo que también tendrá un final y blablablá. El caso es que me voy de aquí. Cierro este chiringuito. Pero que nadie se llame a engaño ¡Bueno soy yo para dejar de teorizar! Así que me mudo a Wordpress Towers, un bonito edificio donde he alquilado un apartamento de cuatro habitaciones con vistas a la nube. Es un sitio limpio y “apañao” en el que iniciar una nueva singladura (qué bonito que queda esto de la nueva singladura, parece que me vaya en barco a quien sabe donde). En fin, que estáis invitadas/os y espero que no faltéis. Clicad AQUÍ para el salto. No os preocupéis que no hace pupa.

martes, 1 de marzo de 2011

Dos reflexiones

Maumauando

El jueves de la semana pasada un grupo de ex trabajadores del organismo público en el que presto mis servicios se situó en la acera de enfrente de la sede central del mismo para ejercer su inalienable derecho constitucional al pataleo. Protestaban porque el organismo al que pertenecían los había traspasado en contra de su voluntad (junto con el edificio en el que trabajan) a otro organismo público que, al parecer, no los trata tan bien como quisieran o estaban en el primero. Armados con cazos, cacerolas, tapas de olla y demás instrumentos de percusión, procedieron a efectuar su particular versión de “La protesta, con ruido, jode más”. Lejos de mi ánimo negarles su derecho a quejarse y a la búsqueda de una solución a la situación que creen les perjudica. Sin embargo, es muy dudoso que vayan a conseguir nada. Y esto es lo que me hace reflexionar. Desaparecido el “otro”, la alternativa, el modelo opuesto que durante más de setenta años (con todas sus maldades y alguna bondad) significó una referencia para trabajadores y empleadores, para políticos en el poder y en la oposición en las democracias occidentales, el poder político (democrático) y económico se ha sacudido los complejos (nunca los tuvo, es una forma de hablar) y ya demuestra a las claras (pensiones, reformas laborales, impuestos, etc.) que no necesita dar concesiones para obtener paz social. La paz social se impone desde arriba hacia abajo.
Al ciudadano le va quedando, a lo sumo, lo que Tom Wolfe, padre del Nuevo Periodismo que se creó en los 60, describió estupendamente en “Maumauando al parachoques” (Radical Chic & MauMauing the Flack Catchers, 1970), a cerca de lo que un grupo de inmigrantes en San Francisco, con unos voluminosos samoanos a la cabeza, le hicieron a un representante de la oficina del programa contra la pobreza: ir, dar la nota, hacer ruido, incomodar, molestar, humillar, acojonar si cabe, darse la vuelta y “pa” casa.
No vamos bien.

Marcado de por vida

Amanece. Radio en el coche. Programa despertador matinal al uso. La pregunta del día ¿Qué película te ha marcado más en la vida? La presentadora lee las respuestas de los oyentes en el facebook del programa. Uno ha dicho que Jurassic Park.
He visto muchas películas en mi vida, en blanco y negro y en color, mudas y sonoras, musicales, con subtítulos, en versión original y dobladas, comedias, dramas, aventuras. No podría decir qué película me ha marcado más en mi vida. Es más, no podría decir ni diez. De hecho, no creo que ninguna película haya “marcado” mi vida. Ni siquiera puedo decir mi película favorita, como tampoco mi canción, mi libro, mi serie de televisión, mi cafetín, mi rincón, mi……..Y va uno y dice que Jurassic Park ¡Qué raro que soy!

Ya sé, ya sé, cada día estoy más gruñón. Menos mal que m’acabo d’enterar que vuelve mi tocayo Enrique “el drogas” dando caña, con un aire a lo Ian Dury que le queda muy bien. Marcha.

lunes, 21 de febrero de 2011

Noches de blanco satén

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La escena podría ser tal que así:
Interior noche. Recepción de la sala de diagnosis. Un fluorescente parpadea en el techo, sin acabar de decidirse por la luz o por la sombra, mientras emite un zumbido moscardón. Un hombre enjuto de pelo cano y edad indefinida, vestido de blanco hospitalario con bata a juego, dormita tras el mostrador de atención al público. Otro hombre, de aspecto cincuentón y barriga prominente, entra en la sala tras empujar la puerta de entrada. Viste pijama a rayas azules y blancas y calza pantuflas. Se cubre con un anorak azul oscuro de gabardina. Bajo el brazo izquierdo sostiene un oso de peluche marrón mientras su mano derecha sujeta una sencilla carpeta gris con goma elástica y bordes descantillados. El recién llegado se acerca al mostrador.

- Buenas noches. Vengo a hacerme una radiografía. Tengo hora a las tres treinta de la madrugada pero me he dicho “Paquito: adelántate un poquito por si hay suerte y puedes entrar antes”. Ya se sabe que siempre falla alguien.

- …nasnoches – el hombre enjuto de bata blanca y aspecto amortajado sale de su ensimismamiento ante la verborrea del visitante y reacciona ágil - ¿Trae el volante de la prueba?

- Traigo de todo – el gordito sienta a su oso en el mostrador y abre la carpeta con la precisión y los gestos de un cirujano operando a corazón abierto – Aquí está el volante, la cartilla del seguro, los análisis que me mandó mi médico, la nueva visita para la semana próxima, un informe de hace dos años, la…..

El recepcionista albeo ha entrado en standby auditivo y ya no oye al orondo visitante. Con el discernimiento que le han dado los años pinza con dos dedos de su mano derecha el volante de entre la avalancha de documentos médicos que el visitante está esparciendo sobre el mostrador, mientras que con la izquierda da un golpe de teléfono y convoca a un camillero. Éste aparece casi al instante, como expelido por un dispensador automático de camilleros, empujando una silla de ruedas.

- Siéntese aquí que el camillero le conducirá a su prueba – adoctrina el recepcionista mientras le entrega al camillero el volante junto con la documentación de la prueba que ha extraído de un archivador.

Mientras el blanco representante de la administración médica se acomoda tras el mostrador para proseguir con su interrumpida cabezada, no se percata que el camillero yerra el camino y se introduce por el pasillo de la derecha que lleva a la sala de las endoscopias, dejando atrás el acceso a la sala de rayos x. El paciente va canturreando “Qué pena que tiene la Lirio” mientras abraza a su osito.

viernes, 18 de febrero de 2011

Oh let me be your Teddy Bear

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La verdad es que el ser humano es maravilloso. Cada día hay alguien que, en alguna parte, me sorprende, me desmonta o me hace alucinar, así, directamente. En este caso, además, me estoy muriendo de envidia.

¡¡¡Cómo narices no se me ha ocurrido a mí?!!!


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¡Si es una idea cojonuda, la inversión es mínima y las posibilidades son infinitas! ¡Con la cantidad de tarados que hay por el mundo dispuestos a apuntarse a lo que les echen! La idea no es, de todas formas, original de Daniel Bacho que es quien la ha puesto en práctica, sino que está inspirada en aquella maravillosa película francesa que se llama Amélie y que si no habéis visto os recomiendo encarecidamente. El cine, una vez más, fuente de inspiración para el espíritu humano. Es lo que he dicho siempre...

Cine, cine, cine
más cine por favor
que la vida es sólo cine
y los sueños cine son.

viernes, 11 de febrero de 2011

¡Toma del fiasco!

El ser humano, en su afán de clasificarlo y etiquetarlo todo, inventó los premios. Y a partir de ese momento dio rienda suelta a su imaginación. La verdad sea dicha, tampoco debió esforzarse mucho porque el sinfín de comportamientos y actitudes humanas, dignas (o indignas) de reconocimiento, da para varias vidas a dedicación completa. En éstas estamos pues que llega ya la tercera edición de los FIASCO AWARDS, una iniciativa sin ánimo de lucro que pretende premiar a los mejores proyectos en el campo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) que acabaron en fiasco, cuando no en el descrédito más absoluto. Clicando la imagen enlazaréis con la web de los premios, en la que podréis encontrar los nominados finalistas de este año y los motivos que les han llevado a tan alto honor. Además, hay una pestaña en la que puedes votar a tu fiasco favorito. Los que habéis seguido mi blog el último año ya sabréis cual es mi candidato. Efectivamente: la Votación electrónica en el referéndum de la avenida Diagonal de la ciudad de Barcelona del año pasado. Nuestro alcalde socialista ya tenía cara de imbécil antes pero la que se le quedó desde entonces es impagable ¡No sé para qué me hice de izquierdas cuando era adolescente! Debería haberme dedicado al sincretismo o a la estulticia. El resultado habría sido el mismo pero en muchas ocasiones estaría menos cabreado.
En fin, animaos y votad, que entre las nominaciones hay auténticas perlas.

Una explicación.
Las últimas semanas no he podido dedicarme a responder a vuestros comentarios ni a visitaros en vuestros blogs con el interés que os merecéis debido a un exceso de trabajo. Espero que en pocos días ya pueda hacerlo y volveré a disfrutar con todas vuestras ideas, ocurrencias y talento.

Beso, achuchón y viril palmada. (Que cada cual coja lo que más le guste o convenga) ;·)

jueves, 3 de febrero de 2011

Vamos que nos vamos

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Si no fuera por lo dramático sería para reírse. Parece una de esas noticias que se inventan en los periódicos digitales de cachondeo, tipo El Mundo Today o similar. Pero es real como la vida misma, si es que alguna vez la vida llegó a ser real. Como diría mi querida B.B., últimamente “estoy muy mal de lo mío”. A ver si con una sonrisa.

Parece que tampoco por ahí vamos a sacar nada en claro. Quizá con un poco de frivolidad kitsch bailable se me pase.



Ya me siento mucho mejor.

jueves, 27 de enero de 2011

Se me llevan los demonios

Hay cosas que me indignan. No puedo evitarlo. Es verlas y comprender que mi natural tranquilidad es una fachada y, en el fondo y no tan en el fondo, soy una fiera corrupia. Viene esto a cuento de una campaña televisiva que pude contemplar la otra noche y que hizo que se me atragantara la bilis. En el anuncio de marras una mamá se desespera porque su niño no le come, porque al interfecto no le gusta lo que le han puesto en el plato. Tan desesperada está la pobre mujer que le llega a dar a su hijito lo que parece ser un donut de chocolate que el zagal si que está dispuesto a engullir porque el muchachito no es que no tenga hambre, no, sino que es un cabronazo de cuidado. Pero ¡Albricias! En rescate de la afligida madre llega Pediasure, un potingue soluble (seguramente con sabor a cacao o similar) que promete alimentar a los niños inapetentes con un sinfín de vitaminas, minerales y demás mierda sintetizada, amén de calmar las (malas) conciencias maternas. Un dos por uno que le dicen. Hasta asegura espectaculares estirones óseos y risas cómplices entre el enano chantajista y su p... madre. Ya está. Todos felices y contentos: el niño sigue su prometedora carrera de cretino, la madre vuelve a sonreir aunque sea a costa de perseverar en su rol de sufridora incomprendida y gilipuertas y la empresa anunciadora satisfecha por haber contribuido, una vez más, a tirar de la cadena del váter y desechar el más elemental sentido común alimenticio. Porque ¿A quien coño le importa si el niño come o no come? ¿Si hay padres acomplejados incapaces de imponer un criterio a un tirano mocoso? ¿Si el mundo está al reves y en la familia mandan los que tendrían que callar y obedecer? Lo importante es que el crío se beba el mejunje y a otra cosa mariposa. Si clicáis en la foto enlazaréis con la página web donde podréis ver el spot de marras. Tened a mano una bolsa.

miércoles, 19 de enero de 2011

Una noche cualquiera

Paseo por la calle a esa hora de nadie que va de las nueve a las diez de la noche. Es un momento del día en el que mengua la cantidad de gente que camina por las aceras. Los que quedan van presurosos para llegar cuanto antes a sus casas, a cenar con sus familias. O quizá no. Quizá sólo desean salir del mundo y refugiarse en sus cubículos para coger fuerzas hasta el día siguiente.
Pero hay otros paseantes que llevan otro ritmo diferente, como más derrotado. Me cruzo con una mujer que habla por el móvil. Es una conversación de recriminaciones, de culpas. Palabras gastadas a fuerza de repetidas que vuelan como dagas una vez más. Paso junto a una farmacia bunkerizada, con su ventanuco dispensador, frente a la que se ordenan en cola ya unos pocos transeúntes. Es pronto para ver ojos vidriosos, rostros ausentes y semblantes colgados pero todo llegará. En un pequeño cajero automático, pequeño recibidor bancario de los pocos que no han sido sustituidos aún por una máquina directamente orientada a la calle, se refugian dos hombres jóvenes de aparente origen africano. Charlan entre ellos, probablemente se expliquen sus cuitas del día, o de toda una vida.
Para los que no lo conozcan, el cruce de las calles Numancia con Berlín es uno de esos cruces amplios, rectilíneos y anodinos, de cinco carriles por calle y esquinas sesgadas al gusto del ensanche barcelonés al que, sin embargo, no pertenece. Dominan tres de sus cuatro chaflanes un banco y dos cajas de ahorro. El cuarto queda para un imponente edificio de oficinas con carteles de alquiler disponible. A esa hora de la noche y con una leve bruma que amortece la luz de las farolas, el cruce asemeja irreal. Podría encontrarme en cualquier otra ciudad, en cualquier otro país. Eso debe ser el desarraigo, estar en cualquier sitio y no estar en ninguno.
Voy de vuelta a casa. Las calles empiezan a mojarse a causa de la humedad y ya apenas se ve gente. Todo parece ralentizarse en espera del día siguiente. Ya voy llegando.

lunes, 10 de enero de 2011

Al spam pam y al vino vino



El spam se ha perdido
¿Donde ha ido el spam?
Se ha caído del nido
del entorno digital.


Me llega a través de BBC Mundo una noticia sorprendente: el volumen de spam que habitualmente circula por Internet ha sufrido una caída tan drástica que ha dejado pasmados a propios y extraños. En concreto, como podéis comprobar pinchando aquí en la noticia, el número de correos basura pasó de unos 200.000 millones de mensajes / día en agosto (ahí es “na”) a unos escuálidos 50.000 millones / día en diciembre. Como suele suceder en estos casos, los expertos no saben las causas del fenómeno pero dicen que no nos confiemos por si acaso.
¿Será éste el ocaso del spam? ¿Asistiremos a la disolución y posterior licuación de los detritus electrónicos, aguas abajo por el desagüe digital? “¡Chi lo sa!” Sería el caso un trasunto de la vida y muerte de los grandes imperios que en el mundo han sido, que nacen, crecen, se desarrollan megalómanamente hasta un nivel insostenible y fenecen víctimas del desmesurado volumen alcanzado. De confirmarse y mantenerse la tendencia reductora, veríamos nuestros correos libres de ofertas para la compra de los más peregrinos productos. Ya nadie nos diría que hemos sido seleccionados ganadores de las más pintorescas loterías de los más exóticos países (lo que en castellano castizo sería “que t’ha tocao sin poner”). No nos volverían a ofrecer fabulosos negocios con unas rentabilidades garantizadas que ni los más salvajes brókers de la city londinense pudieron jamás soñar. Y, en especial para los caballeros, ya ninguna desconocida señorita de nombre sugerente querría conocernos para entablar una sincera amistad con nosotros y quizá con nuestra cuenta bancaria. Huérfanos de todos estos excitantes alicientes, la consulta del correo sería como arrastrarse por un páramo desierto, sin que nadie nos considerara ya potentados compradores, suertudos internacionales o amantes de ensueño. La vida, pues, carecería de sentido. Sólo nos quedaría el triste consuelo del sucedáneo del buzón de nuestro portal de casa, con esos tristes folletos en muchas ocasiones pasados bajo la puerta de la calle por repartidores presurosos y pisoteados por vecinos sin corazón. No sería lo mismo.
Hago desde aquí un llamamiento a todas las autoridades competentes, y a las incompetentes también (no nos pongamos tiquismiquis), para que tomen cartas en el asunto y aúnen esfuerzos con el objetivo inicial de recuperar el volumen de spam de agosto pasado e impedir que vuelva a producirse un descenso tan crítico. La salud mental de los ciudadanos lo requiere. Hagamos un esfuerzo colectivo. Yes, we can.

viernes, 7 de enero de 2011

La nouvelle routine

Finiquitadas las fiestas, vuelve la cabecera de entretiempo, vuelven los despertares de siempre, los pasos presurosos, los fríos y los sudores. Vuelve el paso cambiado y la carrera lenta, la risa, el llanto, el alma y la congoja...pero que no me falte la fe en ti.

martes, 4 de enero de 2011

Comportamientos universales: Nº 1

Haciendo cola se pueden observar y aprender muchas cosas. Ayer sin ir más lejos, estando en la cola de la ventanilla del banco, pude contemplar un fenómeno curioso: dos personas en apariencia totalmente opuestas tenían, sin embargo, un idéntico comportamiento que me atrevo a calificar de genéticamente innato. Una era una mujer joven, occidental, de veintitantos, vestida “casual” pero bien, calzando unas botas de caña alta de esas que valen una “pasta”. La otra era un joven también, de piel oscura y origen africano a juzgar por su acento al hablar con dificultad el castellano, vestido mucho más arrastrado (y no por casualidad) y calzando unas deportivas sin marca conocida y aspecto de haber sobrevivido a unas cuantas obras de la construcción. Estas dos personas de mundos tan aparentemente dispares, de culturas separadas por miles de kilómetros físicos y quizá mentales, sin embargo tenían el mismo comportamiento o reacción mientras estaban siendo atendidos en sendas ventanillas de la entidad bancaria: se pisaban un pie con el otro, con roce, balanceo y arrastre de la suela del pie pisador sobre el empeine del pie pisado. Y no había distinciones entre la humilde deportiva y la bota de prestigio, ambas sufrían el acoso del pie hermano. Era como una reacción involuntaria y casi infantil mientras sus cabezas estaban concentradas en la gestión bancaria que cada uno estuviera realizando en aquel momento. Fue casi un momento epifánico, en el que el observador avezado puede comprender, una vez más, que no sólo no somos tan diferentes sino que somos mucho más iguales de lo que podamos jamás llegar a sospechar. Seguiremos observando.