viernes, 19 de febrero de 2010

S. i. L. ;-)

Los viernes comedia: Shakespeare in love (1998). Una de mis películas favoritas sin duda. Shakespeare ha dado, da y dará mucho juego a través de la representación de sus obras, pues éstas tratan de las pasiones y pulsiones más elementales que embargan al ser humano: amor, ambición, traición, etc., sentimientos y emociones que recorren nuestra historia como especie y que nos equiparan a todos nuestros congéneres de todas las épocas. Por eso sus obras tienen el carácter de universales. En esta versión “imaginada” de cómo pudo haber sido la creación de quizá su obra más conocida, Romeo y Julieta, aparecen los elementos citados anteriormente para conjugarse en una deliciosa historia que no fue pero pudo haber sido.

Fennyman y su hombre de confianza pidiéndole explicaciones al empresario Henslowe sobre la marcha de la obra.

El argumento: William Shakespeare (Joseph Fiennes) es un joven escritor, aunque ya conocido, que se ha quedado sin ideas y sin amor. No se ha quedado sin dinero porque es dudoso que lo haya tenido nunca, al igual que su empresario Philip Henslowe (Geoffrey Rush, absolutamente maravilloso), que está endeudado con el prestamista Hugh Fennyman (Tom Wilkinson, otro secundario para quitarse el sombrero), al que solo se le ocurre ofrecerle asociarse en la nueva comedia de William “Romeo y Ethel, la hija del pirata” que asegura que será un éxito (aunque no le dice que William apenas ha escrito nada de ella) pero Fennyman acepta (posteriormente William le ofrecerá un papel en la obra y el prestamista descubrirá su verdadera vocación sobre las tablas).

La hermosa Viola de Lesseps.

Con estos escasos mimbres comienza la selección de los actores. Viola de Lesseps (Gwyneth Paltrow), hija de un comerciante enriquecido rápidamente, travestida bajo la apariencia del joven Thomas Kent (pues las mujeres tenían prohibido actuar y los papeles femeninos los interpretaban hombres) se presenta a las audiciones pues su sueño es actuar. Allí ya atrae la atención de William que lo sigue mientras Kent huye a su casa donde se celebra una fiesta. William se cuela en ella y allí conoce a Viola y ya saltan las primeras chispas. Thomas es identificado por el ama de Viola como su sobrino, entra en el elenco para el papel de Romeo y pasa a ser confidente del amor de William por Viola. Existe sin embargo, aparte de la diferencia social, un gran impedimento para el amor de la pareja: el padre de Viola la ha dado en matrimonio a Lord Wessex (Colin Firth), aristócrata arruinado que tiene intención de marchar a América tras la boda para remontar una plantación que posee con el dinero de su futuro suegro.

William Shakespeare

La trama y los ensayos avanzan, la obra ya se llama Romeo y Julieta y ha cambiado su orientación inicial de comedia. Mientras van en barca por el Támesis a casa de Viola, Thomas, ante el discurso de ardiente amor que William expresa por Viola, le besa apasionadamente y salta a tierra huyendo, lo que deja a William confuso por unos instantes hasta que el barquero le dice que Thomas es Viola. William la seguirá hasta la casa y pasarán su primera noche juntos.
Pero el destino de Viola está marcado y se ha de casar el mismo día del estreno de la obra, además se descubre que es una mujer y el Maestro de Festejos de la reina cierra el teatro. Sin embargo, como dice el empresario Henslowe a lo largo de la película cuando el infortunio parece que va a hundir la obra “Todo saldrá bien ¿Cómo? No lo sé, es un misterio”.

Thomas Kent

Pero por un giro del destino el actor que ha de hacer de Julieta está afónico. Viola se escapa a la salida de su boda para ir al nuevo teatro conseguido para la representación y acaba interpretando a Julieta y William a Romeo, en una mezcla de dos amores imposibles, el "real" del film y el ficticio de la obra, que conviven en una misma pareja. El final de la representación embarga a todos los presentes y no es para menos: acaban de ver LA VIDA, con mayúsculas. El final del film separa a los amantes, Viola ha de partir hacia América con su esposo. Pero no importa, se tendrán siempre uno en el corazón del otro y, como se dicen mutuamente en la despedida, “nunca envejecerás para mí, ni te marchitarás, ni morirás”.
Llena de diálogos bellísimos e ingeniosos, con mucho humor, acción, una ambientación cuidada hasta el detalle, la película fue la gran triunfadora de los Oscar de aquel año, llevándose siete, entre ellos los de mejor película, actriz principal (Gwyneth Paltrow) y actriz de reparto (Judi Dench por su breve papel de Isabel I de Inglaterra).

Para los que no la hayáis visto
os recomiendo vivamente que lo hagáis.
Para los que sí la conocéis,
nunca es mal momento
para volver a recordarla.

Pues si buscáis en el fondo de la memoria
el instante de más viva luz en vuestras vidas,
no fue otro que aquel en el que el amor
os llenó el corazón de pasión y dicha.


Aquí están los primeros diez minutos al inicio de la representación de Romeo y Julieta en el teatro Curtain que los colegas actores han dejado a Henslowe y su compañía.



Y aquí los diez minutos con la segunda parte de la obra y la explosión de júbilo del público ¡Quien pudiera haber estado en ese estreno!



Os deseo a todos un muy feliz fin de semana.