miércoles, 17 de noviembre de 2010

¡Ye! ¡Ye! ¡Ye! .......... (She loves you)

El castellano está en peligro. He de rendirme a la evidencia, mal que me pese. Las peores previsiones del PP y la caverna mediática se están empezando a cumplir. Pero estas cándidas almas defensoras del lenguaje patrio se equivocaron respecto de cual es la amenaza. ¡No es el catalán! ¡No! El leviatán lingüístico es otro. Ni más ni menos que la RAE y sus miembros han empezado a desmembrar aquello que costó tantos siglos construir, la lengua con la que nuestros silvestres antepasados, con lucha y esfuerzo, forjaron un imperio. Pero esto no es de ahora, no, esto viene de lejos. Es un taimado plan que se lleva larvando siglos y que ahora afronta sus más descarados pasos, eso sí, con el parsimonioso caminar de los mastodontes que caracteriza a instituciones como la RAE. En su día se empezó aceptando los galicismos, se siguió luego con los anglicismos y ahora le toca el turno a los cretinismos. Y así empiezan a desaparecer tildes, se les cambia el nombre a las cosas y todo el monte es orégano. El descaro es tal que incluso la escritora española Soledad Puértolas, que aún no es académica de la lengua pero que “firma” el contrato este fin de semana, se permite el lujo de afirmar que "yo estaría dispuesta a meditar la supresión de la hache. No creo que tengamos que preservar el lenguaje tal cual lo hemos recibido”. Puestos así, tampoco deberíamos preservar gran cosa de lo que recibamos de cualquier otro aspecto, no vaya a ser que nos entre un sarpullido por no ser lo suficientemente modernos. Hagamos una lista, pues, de lo que no tengamos que preservar como, por ejemplo, el Código Penal (qué antiguo que suena esto), las alubias con chorizo (evidentemente, las flatulencias no son preservables), la Casa Real (bueno, quizá aquí…) y cualquier otra cosa que se nos ocurra. Hagamos con todo un paquetito con un bonito lazo y lancémoslo al hiperespacio, mientras le cantamos loas a la RAE que se preocupa tanto por nosotros y tanto nos quiere ¡Ella nos quiere! ¡Ye! ¡Ye! ¡Ye!