MaumauandoEl jueves de la semana pasada un grupo de ex trabajadores del organismo público en el que presto mis servicios se situó en la acera de enfrente de la sede central del mismo para ejercer su inalienable derecho constitucional al pataleo. Protestaban porque el organismo al que pertenecían los había traspasado en contra de su voluntad (junto con el edificio en el que trabajan) a otro organismo público que, al parecer, no los trata tan bien como quisieran o estaban en el primero. Armados con cazos, cacerolas, tapas de olla y demás instrumentos de percusión, procedieron a efectuar su particular versión de
“La protesta, con ruido, jode más”. Lejos de mi ánimo negarles su derecho a quejarse y a la búsqueda de una solución a la situación que creen les perjudica. Sin embargo, es muy dudoso que vayan a conseguir nada. Y esto es lo que me hace reflexionar. Desaparecido el “otro”, la alternativa, el modelo opuesto que durante más de setenta años (con todas sus maldades y alguna bondad) significó una referencia para trabajadores y empleadores, para políticos en el poder y en la oposición en las democracias occidentales, el poder político (democrático) y económico se ha sacudido los complejos (nunca los tuvo, es una forma de hablar) y ya demuestra a las claras (pensiones, reformas laborales, impuestos, etc.) que no necesita dar concesiones para obtener paz social. La paz social se impone desde arriba hacia abajo.
Al ciudadano le va quedando, a lo sumo, lo que
Tom Wolfe, padre del Nuevo Periodismo que se creó en los 60, describió estupendamente en
“Maumauando al parachoques” (Radical Chic & MauMauing the Flack Catchers, 1970), a cerca de lo que un grupo de inmigrantes en San Francisco, con unos voluminosos samoanos a la cabeza, le hicieron a un representante de la oficina del programa contra la pobreza: ir, dar la nota, hacer ruido, incomodar, molestar, humillar, acojonar si cabe, darse la vuelta y “pa” casa.
No vamos bien.
Marcado de por vida
Amanece. Radio en el coche. Programa despertador matinal al uso. La pregunta del día
¿Qué película te ha marcado más en la vida? La presentadora lee las respuestas de los oyentes en el facebook del programa. Uno ha dicho que
Jurassic Park.
He visto muchas películas en mi vida, en blanco y negro y en color, mudas y sonoras, musicales, con subtítulos, en versión original y dobladas, comedias, dramas, aventuras. No podría decir qué película me ha marcado más en mi vida. Es más, no podría decir ni diez. De hecho, no creo que ninguna película haya “marcado” mi vida. Ni siquiera puedo decir mi película favorita, como tampoco mi canción, mi libro, mi serie de televisión, mi cafetín, mi rincón, mi……..Y va uno y dice que
Jurassic Park ¡Qué raro que soy!
Ya sé, ya sé, cada día estoy más gruñón. Menos mal que m’acabo d’enterar que vuelve mi tocayo Enrique
“el drogas” dando caña, con un aire a lo
Ian Dury que le queda muy bien. Marcha.