miércoles, 1 de diciembre de 2010

¡Que llegan!

Ayer miércoles por la tarde, día 30 de noviembre, vi en la puerta de unos grandes almacenes el primer PAPA NOEL de la temporada. Iba con su típico traje rojo con los espectaculares vivos en blanco y su gorrito a juego. Paseaba cansinamente de un lado a otro de la gran puerta acristalada agitando con desgana la campanilla. No oí que lanzara sus peculiares ¡Ho! ¡Ho! ¡Ho! pero pensé que quizá era pronto y se estaba reservando, aún queda mucha temporada. Los pocos que por allí pasábamos, embutidos en nuestros abrigos para protegernos del gélido aire de la tarde, debimos poner la misma cara de extrañeza ante el peculiar espectáculo, pero ya se sabe que el calendario manda. La Navidad llega, amiguitas y amiguitos, porque tiene que llegar y más en un año como el que se acaba, que sólo faltaría que no tuviera Navidad para rematar al personal. Pase que se reduzcan los sueldos, que se limiten las pensiones de jubilación, que se eliminen prestaciones sociales, pero ojito con tocar la Navidad ¡Hasta ahí podríamos llegar! Así que preparémonos para disfrutar de la mejor Navidad de nuestra vida, de la mejor Navidad de todos los tiempos. Enero de 2011 no existe, ni el 2011 entero tampoco. De hecho, no existe nada que no sea la Navidad en la que estamos a punto de adentrarnos, en la que estamos ya, porque nada puede existir, nada debe existir, que rompa el encanto, la ilusión de que aún podemos. Amémonos, pues, los unos a los otros, amémonos con fruición, amémonos con ahínco, con desesperación. ¡Let’s do it like they do on The Discovery Chanel!