viernes, 10 de septiembre de 2010

Sólo hay una portada pero...

Como dicen en la revista El Jueves “Sólo hay una portada pero teníamos más”. Ahí van:
Ser o no ser.
Por la naturaleza de mi trabajo, al cabo del día pasan por mis manos diferente tipo de documentos. Hoy me han caído seis decretos comunicando las respectivas defunciones de seis personas que se encontraban en centros asistenciales que el organismo público para el cual trabajo posee. En cada decreto se detallan las escasas pertenencias de valor que quedarán custodiadas hasta su entrega a los herederos pertinentes. Al final, nos quedamos reducidos a eso, a una escueta relación de documentos, una cartilla en el banco con cuatro cuartos y unas pocas monedas en el cajón de la mesilla de noche. Sic transit gloria mundi.
Por si no había problemas…
Ha querido la casualidad que el reverendo ultraultra estadounidense que se disponía a quemar el Alcorán en su barbacoa de los domingos coincida en nombre y apellido con un personaje trasgresor que, sin duda, se debe estar partiendo la caja ante este espectáculo digno de una de sus películas. Me estoy refiriendo al gran Terry Jones del grupo Monty Python, director de “El caballero de la mesa cuadrada”, “La vida de Brian” o “El sentido de la vida”. Me imagino a los Monty reunidos planificando su próximo film y Terry Jones proponiendo “haremos una escena quemando todos el Alcorán” y Michael Palin diciendo “¿Y para qué queremos quemar el nuevo yate de la reina?”. Ahora el reverendo Jones, con ese dominio innato del tempo del espectáculo que poseen los norteamericanos, ha aplazado la chamusquina mientras se aclara si los promotores de la mezquita de la Zona Cero se retiran, se retractan o se retratan. Y el resto del mundo tomándoselo todo en serio. O tempora, o mores!
La penúltima de O’Leary.
El inefable Michael O’Leary, director de Ryanair, ha anunciado que piensa pedir a las autoridades competentes que dejen volar a sus aviones sin copilotos, jajajajajajajajajaja. La verdad es que si este hombre no existiera habría que inventarlo. Después de proponer que parte de los pasajeros viajara de pie o que hubiera que pagar por ir al lavabo, no lo tenía fácil para superarse. Y, sin embargo, lo ha conseguido. Aunque no ha llegado a la genialidad de la película “Aterriza como puedas”, en la que el piloto automático era un muñeco hinchable que la azafata hinchaba soplando por el pitorro que estaba en….
¡Se busca!
Japón no encuentra a 230.000 ancianos. Se ve que los dejó a un lado, se dio la vuelta un momento y, cuando quiso darse cuenta, ya no estaban ahí. Es lo que pasa con el ajetreo y las prisas de la vida moderna. Ahora ¡A ver cómo los encuentran! Porque ya se sabe que los ancianos japoneses son pequeñitos, hacen poco bulto y caben en cualquier rincón. Además, con un puñadito de arroz y algo de tofu ya pasan. Lo más preocupante del caso es que este hecho produzca actitudes imitativas en el resto del mundo, siempre hay gente dispuesta a la notoriedad. Aquí en España, por ejemplo, estamos a punto de perder a cinco millones de parados. Dentro de nada ya ni nos acordaremos de ellos.

BUEN FIN DE SEMANA.