miércoles, 10 de marzo de 2010

Mientras llega

Parece que en algo nos estamos poniendo de acuerdo casi todos los españoles en este momento: en las ganas generales que parece haber de que llegue un poquito de sol, mejore la temperatura y, más concretamente, pasen las lluvias (y las nieves) de largo. Se siente por todas partes, la sensación está en el aire, las conversaciones van llenas. Todos, especialmente todas, desean que la cosa mejore de una vez. Solo hay que arrimar la oreja a los corrillos y en menos de un santiamén alguna dice “estoy hasta los mismísimos del invierno”, “pues yo le estoy cogiendo un asco que no lo puedo ni ver” responde otra, “¡Yo no aguanto más! ¡Quiero la primavera ya!” tercia una de más allá. ¡Pero qué desagradecidos que somos! ¡Y olvidadizos! Con todo lo que ha llovido y nevado tenemos para dos años enteritos de agua sin restricciones, aunque no cayera ni una sola gota más. Ya no nos acordamos de lo mal que pintaba hace dos veranos. ¡Y los campos! ¡Y los montes! Solo hay que verlos, lo majos que están. Y en cuanto llegue la primavera de verdad, esto va a florecer que será una maravilla. ¡Hasta Vivaldi se levantará de la tumba para componer “otra primavera”! Mientras estos sucesos dichosos no lleguen y para animar y caldear el ambiente ¿Qué tal unas lecciones de golf a cargo del profesor Hugh Jackman? Hugh suele practicar el golf al atardecer mientras el tibio sol acaricia su bien formado torso. Solo lleva una toalla para secar el sudor de sus manos pero la compartirá gustoso con vosotras. Dice que así, sólo con la toalla, sus movimientos son más libres.

Si por un aquel del destino el golf no es lo vuestro, digo yo que alguno de estos mozos que pasaban por el lugar podrá ser una simpática compañía ¿No? La cuestión es que la temperatura se eleve. Y si se tiene que elevar algo más, yo ahí ni entro ni salgo.

;·)