martes, 5 de enero de 2010

Pelado punto com

Ya se ve la luz al final del túnel, compañeras y compañeros. Solo unas breves horas nos separan del inicio de la tan ansiada cuesta de enero y las rebajas. Sí, he dicho ansiada. Porque en este mundo hemos venido a sufrir y ha de quedarnos claro desde el principio. Así que qué mejor para empezar el año que unos ajustes de índole económica para que nos demos cuenta que no todo el monte es orégano. ¡Ah! Nos las prometíamos muy felices allá por los lejanos días del final de diciembre pasado, con nuestros buenos propósitos, nuestra nueva vida, con todas las colecciones de coleccionables que pensábamos coleccionar. Si hasta nos veíamos más altos y más guapos. ¡Craso error! La realidad está aquí ya para darnos la bofetada que nos merecemos, por tontos, la patada en el culo, por listos, y el sablazo en el bolsillo por “espabilaos”. Y de nada nos valdrá el rechinar de dientes, el rasgado de vestiduras, el remojo de barbas, el “sayear” la capa y la despedida a la francesa (que los galos taimados llaman a la española). Hay y habrá que apechugar, que viene a ser como poner la cara para que te la partan pero sustituyéndola por la parte superior del torso, que parece que va a doler menos. Esa y no otra será nuestra tarea y…

- Oiga, joven. Y esta asoflamada soflama ¿No será por lo que me estoy imaginando?
- Pues.....sí. Estamos a día 5 y no tengo un triste doblón para gastar ni en posada de 7ª categoría.
- Pida un crédito al consumo.
- Con sumo gusto pediría un crédito si no me diera pena que se rían los del banco.
- Pues una subvención. Monte un entramado cultural y doble gastos. Pague a 90 ó 120 días y refinancie la deuda.
- Millet me ha dicho que se llamaba ¿No? ¿De qué me suena ese nombre?