miércoles, 23 de diciembre de 2009

Buenos deseos y buenos propósitos

Los años pasan pero las canciones perduran. Nuevas voces abren nuevos surcos en los viejos corazones jóvenes. A medida que pasan los años recupero recuerdos y sensaciones que se quedaron, en su momento, apartados del camino, guardados en cajones secundarios de la gran cómoda de la memoria. Con el tiempo, voy rememorando hechos y cosas que parecían perdidos para siempre, como si jamás hubieran tenido lugar o fueran de la vida de otro, como cuando murió mi abuelo (yo tenía 8 años) o cuando, en los primeros 70, mi padre perdió su trabajo y estuvo un año en el paro de entonces (yo tendría 10 años). Debe ser ese proceso mental por el que es habitual que los ancianos se acuerden de su niñez pero sean incapaces de recordar qué acaban de comer o donde han dejado la chaqueta. Tranquilos, que no me siento así. Pero he recordado está canción, que hacía muchísimos años que no escuchaba y que en su momento no fue de las que más me gustaron, y he encontrado esta maravillosa versión. Quien le iba a decir a John que esta canción, del disco Let it be que se publicó en el momento de la separación de The Beatles pero que se había grabado bastante antes que se publicara el penúltimo álbum en 1969, que sufrió producciones y más producciones hasta que el productor de moda de aquel entonces, Phil Spector (recientemente condenado a mogollón de años de cárcel por asesinato), le metió mano al disco, esa canción, digo, la acabaría cantando su hijo al que aún le faltaban bastantes años por nacer y del que apenas pudo disfrutar. El tema va de seguridad, firmeza y convicciones. Nada cambiará mi mundo. En épocas como en la que estamos, de grandes incertidumbres, refugiémonos en nuestro ser para buscar la serenidad y el aplomo, con la certeza que nada cambiará si nosotros no hacemos algo para que cambie. Buenos deseos y buenos propósitos.

Across the universe