lunes, 21 de diciembre de 2009

Breves Navideñas

Al rico eslogan navideño

Voy conduciendo y, en la radio, una conocida empresa se anuncia ofreciendo esto y aquello, para acabar con el eslogan “te mereces las mejores navidades”. ¿Por qué? ¿Por qué motivo nos merecemos las mejores navidades? ¿Qué hemos hecho los seres humanos para merecernos algo que la mencionada empresa equipara a “las mejores navidades”? ¿Es que dicha empresa va a abrir sus puertas de par en par para que todo el que quiera entre y se lleve, en justa compensación por eso que le ha hecho merecedor de “las mejores navidades” y sin coste alguno, todo lo que le apetezca? ¿Piensa esta empresa, quizá, que porque éste ha sido un año duro para muchos nos vamos a lanzar todos a sublimar nuestras carencias arrasando con las mercancías de los estantes? Personalmente preferiría un eslogan del tipo “compra y calla”, más directo, sí, pero también más honesto.

Envidia

A raíz de los fríos que azotan varios continentes, la televisión nos ofrece imágenes de los Estados Unidos bajo el hielo y la nieve. El plano cambia y vemos uno de esos centros comerciales, tan yankees, de varias plantas, con sus escaleras mecánicas para arriba y para abajo, mientras la voz en off comenta que el temporal ha dejado vacíos este tipo de establecimientos y que los pocos afortunados que han ido se encuentran en el séptimo cielo con tanta tienda para ellos solos. En éstas la cámara enfoca un gran sofá con un Papá Noel haciéndole carantoñas a una criatura y pienso ¡Qué pedazo de maravilla de Papá Noel! Porque si aquí estamos acostumbrados a esos escuálidos Papás Noeles de saldo, a los que les sobra traje por todas partes, el relleno barriguil se les cae y cuyas barbas postizas se asemejan a guata de mala calidad pegada con celo a la cara, ese Papá Noel de la tele es la quintaesencia de la Navidad, orondo de verdad (sin postizos) con una luenga barba blanca que está diciendo “estírame y verás que soy auténtica” y, sobre todo, con la edad que se supone ha de tener un abuelito barrigón y simpático. Y me entero que en los USA hay sindicatos de Papanoeles, que están organizados, que son un lobby navideño más. Hasta en esto estamos a años luz de la potencia mundial. ¡Qué pena!

Yo quiero uno

Para que no me veáis criticón y pesimista, una noticia positiva: los españoles enviarán 40 millones de sms en las horas puntas de las fiestas de Navidad. Con sus felicitaciones, sus buenos deseos de amor y paz y vente ya a la fiesta que te quedas sin cotillón. Y luego dicen que no nos comunicamos ¡¡40 millones de sms surcando el espacio radioeléctrico!! Raro será que alguno no nos dé en la cara. Las más contentas, las operadoras, que ingresarán 7 millones de euros por tanta efusividad dactilar. Ahí va una alegre tonadilla para amenizar la espera de las fiestas. Vayan calentando los pulgares.

Driving home for Christmas