martes, 22 de septiembre de 2009

Miss you

- La echo de menos.
- ¿Todavía estamos con esa canción?
- Qué quieres que te diga. Las cosas son así.
- Pero ya hace ¿Cuanto? ¿Diez meses, no? Pues creo que no deberías tener esos sentimientos tan a flor de piel y más después de lo que pasó. Has de mirar hacia adelante.
- Lo he intentado pero no he podido. La veo en cada detalle del piso que ella eligió, en los sitios a los que íbamos, en los regalos que me hizo…
- Esa es otra. Te dijimos todos que dejaras el piso, te deshicieras de sus regalos y que no volvieras a ir a los sitios que frecuentabais, pero a veces creo que te va el rollo masoquista.
- No se pueden borrar los tres años que estuvimos juntos así sin más.
- Ella sí pudo.
- Eso es un golpe bajo.
- Esto te lo he dicho ya mil veces, pero es igual, te lo digo una más y las que hagan falta: SE LARGÓ CON OTRO A UNA SEMANA DE LA BODA.
- No me chilles que ya lo sé. Pero, en ocasiones, pienso que quizá la empujé yo, hice algo…no sé, no la atendí como se merecía o qué sé yo.
- Creo que la atendiste demasiado y todo. Te faltaba respirar por ella para que no se cansara.
- ¿Es que ahora es malo querer y cuidar a la persona que se ama? Yo sólo deseaba que no le faltara de nada.
- Quizá sí le faltó una cosa.
- ¡Qué me dices! ¿El qué?
- Libertad.
- No te entiendo.
- Me entiendes perfectamente. Pero si lo tenías planeado todo, cuando os casaríais, donde sería la luna de miel, cuanto tiempo pasaría hasta los hijos, cuando…
- Ella estaba de acuerdo en todo. Lo habíamos decidido juntos.
- ¿Seguro? ¿O lo habías decidido tú y ella simplemente se dejaba llevar? Mira, tío, somos amigos desde hace ni se sabe pero perdóname por lo que te voy a decir: he pensado más de una vez que dejarte es lo mejor que pudo hacer. Mejor antes que después de unos años, con hijos y toda la parafernalia montada. Demostró tener más “ovarios” de los que yo le imaginaba y eso es siempre una cosa a respetar.
- ¿Cómo me puedes decir eso? Yo la quería……..la quiero….
- Se fue y no va a volver, así que mejor cambia de vida de una vez, que por ahí no vas a ninguna parte.
- La echo de menos.
- Otra vez no me llames. Ya te llamaré yo.